J. Reynés Matas, msscc., Teología de los nombres de Dios en el P. Joaquim Rosselló

Cuadro de los Sagrados Corazones de Danicel

0. TEXTO:  

     "Como en todos los siglos, mayormente en el que atravesamos, casi todos los hombres se desviven y estimulan mutuamente a contraer y estrechar relaciones con toda clase de personas que a todo conducen menos al trato y comunicación con Dios.

     La Divina Providencia que siempre vela sobre la humanidad y no deja piedra por mover para encaminarla al cumplimiento de su fin, por unos caminos y medios que en manera alguna sabe uno explicar, ha dispuesto en estos azarosos tiempos promover una Congregación de sacerdotes, cuyo objeto fuese primeramente formar su espíritu en la soledad, en donde, según Oseas, Dios se comunica al alma, para después procurar, en cuanto les fuera posible, mediante la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, la conversión de los pecadores, haciéndoles entrar de nuevo en el trato y comunicación con su divina Majestad, de la que se habían emancipado" (Col·lectanea 2, 5).

     Este texto lo dictó el Joaquim Rosselló, nuestro Fundador, al P. F. Solivellas para las  primeras Reglas de 1890, llamadas R91 por la fecha de publicación. Las Reglas actuales lo incorporan, por vez primera, en su Introducción Histórica, suprimiendo el primer párrafo (lo citaremos IntrR91).

 

1. TEOLOGÍA DE LOS NOMBRES DE DIOS

     Todos los pueblos atribuían gran importancia al nombre de la divinidad. Los babilonios llegaban a dar 50 nombres a Marduk para ensalzar su triunfo en la creación. Los cananeos ocultaban el nombre de sus dioses bajo el título genérico de Baal, el dueño y los egipcios bajo el de Ammón-Ra, el dios de nombre oculto, para sustraerlo a las artes mágicas del hombre. Entre los israelitas Dios mismo se revela (se nombra), progresivamente, El, Elohim, El Sadday, El Terror de Isaac, el Fuerte de Jacob, el Dios de los Padres, la Gloria de Israel, Yavé, Adonai, Abbá, Emmanuel, Jesús, etc.

     Era un tema corriente en los Padres de la Iglesia. El Pseudo-Dionisio convirtió el tratado De divinis nominibus en parte de la teología hasta la Summa de Santo Tomás (I, q.13). Ramón Llull escribió Los 100 Nombres de Dios y Fray Luis de León Los Nombres de Dios.

     ¿Tiene sentido todavía hablar de los Nombres de Dios?

     "Tiene pleno sentido hablar de una revelación del nombre cuando una persona se expresa libremente frente a otra persona, frente a un tú, comunicándose a sí misma de esa manera. Bajo este aspecto, el nombre no es algo que designa un objeto, que pone externamente la etiqueta a una cosa y la clasifica, sino que es la expresión que hace de sí misma una persona irrepetible, que se posee libremente, frente a otra persona que (positiva o negativamente) hace posible una relación personal... El conocimiento del nombre de Dios no es algo que caiga dentro del campo de posibilidades del hombre...; solamente Dios puede dárselo al hombre como regalo, diciéndole en su libre comportamiento quién es él y quién quiere ser para el hombre... Es también el fundamento de la relación personal del hombre con Dios" (Magnus Löhrer, Myst Sal II/I, 352-353).

 

2. LOS NOMBRES DE DIOS EN EL P. JOAQUIM

     Sabemos que el P. Joaquim no fue un teólogo refinado, pero sí el hombre carismático (del oído iniciado, de los ojos clarividentes, de la boca profética) que nos abrió un camino con su carisma, y nos convocó en la Iglesia como Padre y Piedra Fundadora.

     El texto que comentamos está ubicado en la Introducción Histórica. Su tono, declaradamente relacional, lo conserva moderno, e incluso permite, con una ligera adaptación, traducirlo a la teología trinitaria.

     ¿Qué le reveló Dios de sí mismo y de los planes que tenía sobre nuestra Congregación? ¿Con qué nombres llamaba el P. Joaquim a Dios y lo llamamos nosotros? ¿Qué queremos significar cuando para nombrar al Innombrable lo llamamos Corazón de Jesús y cuando para definirnos a nosotros mismos nos llamamos Misioneros de los Sagrados Corazones?

     Intentemos responder a preguntas tan importantes haciendo algunas consideraciones en torno a los Nombres de Divina Providencia, Divina Majestad y Sagrados Corazones que aparecen en el texto.

2.1. La Divina Providencia y el Señor de la Historia

     Providencia es la "ordenación de las cosas creadas a su fin, existente en la mente divina y realizada en el tiempo con medios oportunos" (Dic Esp de E.Ancilli, III, 210-212). "Todas las cosas colaboran para el bien de quienes aman a Dios" (Rm 8,28).

     El P. Joaquim tenía gran fe en la Providencia amorosa de Dios que convertía su vida en Historia de Salvación (cfr Notas referentes a la Congregación 11, 24, 30-32, 36, 39, 61...). "Abandonemos el pasado a la misericordia divina, el porvenir a la Providencia y consagremos el presente al santo amor" (Carta a las Capuchinas, 9.4.1908).

     Sobre el presupuesto de que Dios nos ha amado primero y nos cuida con su providencia, coloca después el compromiso por la causa de su Reino (Mt 6,33 y Lc 12,49).

     El texto, además, no habla solamente de una Providencia personalista que puede haber llevado a ciertos excesos irresponsables, sino del Señor de la Historia universal.  Los tiempos son "azarosos", difíciles, pero el Señor "no deja piedra por mover" y nuestra mínima Congregación es uno de los medios con que el Señor ha dotado a su Iglesia para la salvación de la humanidad. En cada época Jesucristo auxilia a la Iglesia, su esposa, "enviándole a debido tiempo, según lo hayan requerido sus necesidades, con la fundación de algún Orden religioso, su competente socorro" (Notas referentes a la Congregación, 96). Nuestra vocación es para la salvación del mundo.

     Y ¿cómo lo hace? Llamándonos a ser sacerdotes que forman su espíritu en la tradición de los grandes profetas del desierto: Amós habla de hombres citados, cazados por Dios (Am 3) y Oseas de viejos enamorados, seducidos como muchachos (Os 2). El P. Joaquim de comunicados desde el alma. Hoy se dice apasionados por la pasión del Reino, evangelizadores del Amor de Dios.

2.2. La Divina Majestad y la Santísima Trinidad

     El título de Divina Majestad se relaciona con el período bizantino. Después que el Concilio de Elvira (305-312) prohibió las imágenes en los templos, aparecieron los mosaicos con las Maiestas Domini (Cristo vestido con túnica larga sobre el signo de la cruz, orante y sin corona). Presentaron un Cristo con protocolo real, pero alejado del pueblo.

     Es digno de notar que el P. Joaquim usa este título sobre el entramado, cada vez más tupido, de relaciones humanas y en protesta de que nos emancipemos de la única relación que nos puede liberar.

     En la teología actual la línea de relaciones lleva hasta la teología trinitaria, que es la fuente de toda teología cristiana. "Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no es una soledad, sino una familia. Pues lleva en sí mismo la paternidad, la filiación y la esencia de la familia que es el amor" (Juan Pablo II en Puebla, 28.1.79).

     En la renovación de nuestra espiritualidad sacricordiana y en la formación de los Laicos Misioneros hemos probado de caminar esta vía de conversión a la Trinidad con muy buenos resultados. En el principio está la Comunión de los tres únicos. Ninguno puede existir sin los otros, tres Pesonas y un único amor. Según la exposición del Papa actual, el hombre es corazón herido en un mundo sin corazón. Jesucristo es el Corazón del Padre en la tierra. Los dos nos regalan al Espíritu Santo, que es el Corazón de la Trinidad. Nadie ha experimentado como María el amor de Dios, la primera que ha recibido el corazón nuevo. La Iglesia, a su imagen, es servidora de la misericordia de Dios y del corazón del hombre. La opción por los pobres expresa con fuerza especial este ministerio.

2.3. Los Sagrados Corazones

     Todo esto se puede simbolizar en el distintivo de los Sagrados Corazones que nos dejó el Fundador.

     "Esto es lo que está expresado en la simbología del Corazón de Jesús: el fuego es su pasión por la vida, que lo llevó hasta la Pasión, a la Cruz, que fue el sello de su vida, la consecuencia última de su opción por la misericordia; la corona de espinas es la corona de burlas con la que el poder señala al adversario más insobornable que ha tenido, y que más directamente incidió en su desenmascaramiento; la llaga es la evidencia simbólica del derramamiento de su vida hasta la última gota de su sangre; la sangre era el sello de la Alianza, por la que las tribus de Israel fueron constituidas como Pueblo y como pueblo de Dios" (C. Bravo).

     "El corazón humano simboliza la fragilidad, la corona de espinas traduce la muerte, el sol que envuelve toda la figura expresa la resurrección, la vida gloriosa" (J.B.Libanio).

     "¿Por qué dos corazones unidos? Hacen presente, con fuerza especial, aquella misericordia divina, que es el corazón de la Buena Noticia. Significan aquel Plan de Alianza de Dios con el hombre, descrito extensamente por Juan Pablo II en su Carta Apostólica sobre la dignidad de la mujer. En ellos contemplamos la unidad de los dos, Dios y ser humano, hombre y mujer, espíritu y carne. Una aureola luminosa refleja la comunión en el amor de la Santísima Trinidad, origen y meta nuestra. Los instrumentos de tortura testifican la realidad del pecado y la injusticia, que atentan contra el amor, el don y la comunión. La cruz expresa la victoria en la sangre de Cristo, que nos mereció la salvación. María es testigo del nuevo principio y de la nueva criatura. Aporta un aspecto subversivo en el campo simbólico en relación a una cultura occidental que separa el evangelio de la cultura, la evangelización de la liberación, la fe de la transformación social, el amor de Dios de las luchas humanas" (J. Reynés).

 

3. PREGUNTAS PARA LA ORACIÓN Y EL DIÁLOGO

     ¿Qué nos dicen a nosotros los Nombres de Dios usados por el P. Joaquim en su IntrR91?

3.1. Probablemente ya no usamos el título de DIVINA PROVIDENCIA, pero ¿seguimos descubriendo en nuestra trayectoria la mano de Dios que la convierte en Historia de Salvación?

3.2. ¿Encuadramos fácilmente a nuestra Congregación en el Plan Salvífico, o hacemos de ella un análisis sólo humano y pesimista?

3.3. ¿Nuestra vida y nuestras obras aparecen bastante orientadas al servicio del mundo?

3.4. ¿Ya renunciamos a formar nuestro espíritu en la tradición de los grandes profetas del desierto?

3.5. ¿Qué opinamos de las palabras del teólogo J.I. González Faus? “En mi opinión en el cristianismo no hay Providencia sino Espíritu Santo: porque Dios es, sí, el Señor y el Juez de la historia –y en todo caso su Víctima- pero no su demiurgo. La Providencia es pues una naturalización pagana de la historia y una supresión de su libertad” (en Actualidad Bibliográfica 58(1992)166).

3.6. La teología TRINITARIA está de moda... ¿hemos sido capaces de actualizarla con el estudio?

3.7 ¿La hemos convertido en nuestra espiritualidad?

3.8 ¿Nuestra pastoral es trinitaria o en la práctica privilegiamos la religión del Padre (paternalismo), l del Hijo (vanguardismo), o la del Espíritu (espiritualismo)?

3.9 Si "la Iglesia es la mejor Comunidad"... ¿qué imagen de la Iglesia ofrecemos? ¿Animamos la creación de comunidades que valoran todos los carismas y animan a la participación de todos?

3.10 Referente a los SS.CC.... ¿seguimos hablando de los SS.CC. o lo hemos descartado?

3.11 ¿Qué significamos cuando para decir Dios usamos la palabra Corazón de Jesús?

3.12 ¿Cuál es el contenido que damos a nuestro título de M.SS.CC.? ¿Seguimos creyendo que “és e y no otro” es el que recoge nuestra Historia de Salvación personal y colectiva y la que señala con fuerza nuestra proyección misionera?   

 
   

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