0. TEXTO:
"Como en todos los siglos, mayormente en el que
atravesamos, casi todos los hombres se desviven y estimulan
mutuamente a contraer y estrechar relaciones con toda clase de
personas que a todo conducen menos al trato y comunicación con
Dios.
La Divina Providencia que siempre vela sobre la humanidad
y no deja piedra por mover para encaminarla al cumplimiento de
su fin, por unos caminos y medios que en manera alguna sabe uno
explicar, ha dispuesto en estos azarosos tiempos promover una
Congregación de sacerdotes, cuyo objeto fuese primeramente
formar su espíritu en la soledad, en donde, según Oseas, Dios
se comunica al alma, para después procurar, en cuanto les fuera
posible, mediante la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús
y de María, la conversión de los pecadores, haciéndoles
entrar de nuevo en el trato y comunicación con su divina
Majestad, de la que se habían emancipado" (Col·lectanea
2, 5).
Este texto lo dictó el Joaquim Rosselló, nuestro
Fundador, al P. F. Solivellas para las
primeras Reglas de 1890, llamadas R91 por la fecha de
publicación. Las Reglas actuales lo incorporan, por vez
primera, en su Introducción Histórica, suprimiendo el primer párrafo
(lo citaremos IntrR91).
1. TEOLOGÍA DE LOS
NOMBRES DE DIOS
Todos los pueblos atribuían gran importancia al nombre
de la divinidad. Los babilonios llegaban a dar 50 nombres
a Marduk para ensalzar su triunfo en la creación. Los cananeos
ocultaban el nombre de sus dioses bajo el título genérico
de Baal, el dueño y los egipcios bajo el de Ammón-Ra,
el dios de nombre oculto, para sustraerlo a las artes mágicas
del hombre. Entre los israelitas Dios mismo se revela (se
nombra), progresivamente, El, Elohim, El Sadday, El Terror de
Isaac, el Fuerte de Jacob, el Dios de los Padres, la Gloria de
Israel, Yavé, Adonai, Abbá, Emmanuel, Jesús, etc.
Era un tema corriente en los Padres de la Iglesia. El
Pseudo-Dionisio convirtió el tratado De divinis nominibus
en parte de la teología hasta la Summa de Santo Tomás (I,
q.13). Ramón Llull escribió Los 100 Nombres de Dios y
Fray Luis de León Los Nombres de Dios.
¿Tiene sentido todavía hablar de los Nombres de Dios?
"Tiene pleno sentido hablar de una revelación del
nombre cuando una persona se expresa libremente frente a otra
persona, frente a un tú, comunicándose a sí misma de esa
manera. Bajo este aspecto, el nombre no es algo que designa un
objeto, que pone externamente la etiqueta a una cosa y la
clasifica, sino que es la expresión que hace de sí misma una
persona irrepetible, que se posee libremente, frente a otra
persona que (positiva o negativamente) hace posible una relación
personal... El conocimiento del nombre de Dios no es algo que
caiga dentro del campo de posibilidades del hombre...; solamente
Dios puede dárselo al hombre como regalo, diciéndole en su
libre comportamiento quién es él y quién quiere ser para el
hombre... Es también el fundamento de la relación personal del
hombre con Dios" (Magnus Löhrer, Myst Sal II/I,
352-353).
2. LOS NOMBRES DE DIOS EN
EL P. JOAQUIM
Sabemos que el P. Joaquim no fue un teólogo refinado,
pero sí el hombre carismático (del oído iniciado, de los ojos
clarividentes, de la boca profética) que nos abrió un camino
con su carisma, y nos convocó en la Iglesia como Padre y Piedra
Fundadora.
El texto que comentamos está ubicado en la Introducción
Histórica. Su tono, declaradamente relacional, lo conserva
moderno, e incluso permite, con una ligera adaptación,
traducirlo a la teología trinitaria.
¿Qué le reveló Dios de sí mismo y de los planes que
tenía sobre nuestra Congregación? ¿Con qué nombres llamaba
el P. Joaquim a Dios y lo llamamos nosotros? ¿Qué queremos
significar cuando para nombrar al Innombrable lo llamamos Corazón
de Jesús y cuando para definirnos a nosotros mismos nos
llamamos Misioneros de los Sagrados Corazones?
Intentemos responder a preguntas tan importantes haciendo
algunas consideraciones en torno a los Nombres de Divina
Providencia, Divina Majestad y Sagrados Corazones que aparecen
en el texto.
2.1. La Divina
Providencia y el Señor de la Historia
Providencia es la "ordenación de las cosas creadas
a su fin, existente en la mente divina y realizada en el tiempo
con medios oportunos" (Dic Esp de E.Ancilli, III,
210-212). "Todas las cosas colaboran para el bien de
quienes aman a Dios" (Rm 8,28).
El P. Joaquim tenía gran fe en la Providencia amorosa de
Dios que convertía su vida en Historia de Salvación (cfr Notas
referentes a la Congregación 11, 24, 30-32, 36, 39, 61...).
"Abandonemos el pasado a la misericordia divina, el
porvenir a la Providencia y consagremos el presente al santo
amor" (Carta a las Capuchinas, 9.4.1908).
Sobre el presupuesto de que Dios nos ha amado primero y
nos cuida con su providencia, coloca después el compromiso por
la causa de su Reino (Mt 6,33 y Lc 12,49).
El texto, además, no habla solamente de una Providencia
personalista que puede haber llevado a ciertos excesos
irresponsables, sino del Señor de la Historia universal.
Los tiempos son "azarosos", difíciles, pero el
Señor "no deja piedra por mover" y nuestra mínima
Congregación es uno de los medios con que el Señor ha dotado a
su Iglesia para la salvación de la humanidad. En cada época
Jesucristo auxilia a la Iglesia, su esposa, "enviándole a
debido tiempo, según lo hayan requerido sus necesidades, con la
fundación de algún Orden religioso, su competente
socorro" (Notas referentes a la Congregación, 96).
Nuestra vocación es para la salvación del mundo.
Y ¿cómo lo hace? Llamándonos a ser sacerdotes que
forman su espíritu en la tradición de los grandes profetas del
desierto: Amós habla de hombres citados, cazados por
Dios (Am 3) y Oseas de viejos enamorados,
seducidos como muchachos (Os 2). El P. Joaquim de comunicados
desde el alma. Hoy se dice apasionados por la pasión del
Reino, evangelizadores del Amor de Dios.
2.2. La Divina
Majestad y la Santísima Trinidad
El título de Divina Majestad se relaciona con el período
bizantino. Después que el Concilio de Elvira (305-312) prohibió
las imágenes en los templos, aparecieron los mosaicos con las Maiestas
Domini (Cristo vestido con túnica larga sobre el signo de
la cruz, orante y sin corona). Presentaron un Cristo con
protocolo real, pero alejado del pueblo.
Es digno de notar que el P. Joaquim usa este título
sobre el entramado, cada vez más tupido, de relaciones humanas
y en protesta de que nos emancipemos de la única relación que
nos puede liberar.
En la teología actual la línea de relaciones lleva
hasta la teología trinitaria, que es la fuente de toda teología
cristiana. "Nuestro Dios, en su misterio más íntimo, no
es una soledad, sino una familia. Pues lleva en sí mismo la
paternidad, la filiación y la esencia de la familia que es el
amor" (Juan Pablo II en Puebla, 28.1.79).
En la renovación de nuestra espiritualidad sacricordiana
y en la formación de los Laicos Misioneros hemos probado de
caminar esta vía de conversión a la Trinidad con muy buenos
resultados. En el principio está la Comunión de los tres únicos.
Ninguno puede existir sin los otros, tres Pesonas y un único
amor. Según la exposición del Papa actual, el hombre es corazón
herido en un mundo sin corazón. Jesucristo es el
Corazón del Padre en la tierra. Los dos nos regalan al Espíritu
Santo, que es el Corazón de la Trinidad. Nadie ha experimentado
como María el amor de Dios, la primera que ha recibido el corazón
nuevo. La Iglesia, a su imagen, es servidora de la misericordia
de Dios y del corazón del hombre. La opción por los pobres
expresa con fuerza especial este ministerio.
2.3. Los Sagrados
Corazones
Todo esto se puede simbolizar en el distintivo de los
Sagrados Corazones que nos dejó el Fundador.
"Esto es lo que está expresado en la simbología
del Corazón de Jesús: el fuego es su pasión por la vida, que
lo llevó hasta la Pasión, a la Cruz, que fue el sello de su
vida, la consecuencia última de su opción por la misericordia;
la corona de espinas es la corona de burlas con la que el poder
señala al adversario más insobornable que ha tenido, y que más
directamente incidió en su desenmascaramiento; la llaga es la
evidencia simbólica del derramamiento de su vida hasta la última
gota de su sangre; la sangre era el sello de la Alianza, por la
que las tribus de Israel fueron constituidas como Pueblo
y como pueblo de Dios" (C. Bravo).
"El corazón humano simboliza la fragilidad, la
corona de espinas traduce la muerte, el sol que envuelve toda la
figura expresa la resurrección, la vida gloriosa" (J.B.Libanio).
"¿Por qué dos corazones unidos? Hacen
presente, con fuerza especial, aquella misericordia divina, que
es el corazón de la Buena Noticia. Significan aquel Plan de
Alianza de Dios con el hombre, descrito extensamente por Juan
Pablo II en su Carta Apostólica sobre la dignidad de la mujer.
En ellos contemplamos la unidad de los dos, Dios y ser
humano, hombre y mujer, espíritu y carne. Una aureola luminosa
refleja la comunión en el amor de la Santísima Trinidad,
origen y meta nuestra. Los instrumentos de tortura testifican la
realidad del pecado y la injusticia, que atentan contra el amor,
el don y la comunión. La cruz expresa la victoria en la sangre
de Cristo, que nos mereció la salvación. María es testigo del
nuevo principio y de la nueva criatura. Aporta un aspecto
subversivo en el campo simbólico en relación a una cultura
occidental que separa el evangelio de la cultura, la
evangelización de la liberación, la fe de la transformación
social, el amor de Dios de las luchas humanas" (J. Reynés).
3. PREGUNTAS PARA LA
ORACIÓN Y EL DIÁLOGO
¿Qué nos dicen a nosotros los Nombres de Dios usados
por el P. Joaquim en su IntrR91?
3.1. Probablemente ya no
usamos el título de DIVINA PROVIDENCIA, pero ¿seguimos
descubriendo en nuestra trayectoria la mano de Dios que la
convierte en Historia de Salvación?
3.2. ¿Encuadramos fácilmente
a nuestra Congregación en el Plan Salvífico, o hacemos de ella
un análisis sólo humano y pesimista?
3.3. ¿Nuestra vida y
nuestras obras aparecen bastante orientadas al servicio del
mundo?
3.4. ¿Ya renunciamos a
formar nuestro espíritu en la tradición de los grandes
profetas del desierto?
3.5. ¿Qué opinamos de
las palabras del teólogo J.I. González Faus? “En mi opinión
en el cristianismo no hay Providencia sino Espíritu
Santo: porque Dios es, sí, el Señor y el Juez de la historia
–y en todo caso su Víctima- pero no su demiurgo. La Providencia
es pues una naturalización pagana de la historia y una supresión
de su libertad” (en Actualidad Bibliográfica
58(1992)166).
3.6. La teología
TRINITARIA está de moda... ¿hemos sido capaces de actualizarla
con el estudio?
3.7 ¿La hemos convertido
en nuestra espiritualidad?
3.8 ¿Nuestra pastoral es
trinitaria o en la práctica privilegiamos la religión del
Padre (paternalismo), l del Hijo (vanguardismo), o la del Espíritu
(espiritualismo)?
3.9 Si "la Iglesia
es la mejor Comunidad"... ¿qué imagen de la Iglesia
ofrecemos? ¿Animamos la creación de comunidades que valoran
todos los carismas y animan a la participación de todos?
3.10 Referente a los
SS.CC.... ¿seguimos hablando de los SS.CC. o lo hemos
descartado?
3.11 ¿Qué significamos
cuando para decir Dios usamos la palabra Corazón de
Jesús?
3.12 ¿Cuál es el
contenido que damos a nuestro título de M.SS.CC.? ¿Seguimos
creyendo que “és e y no otro” es el que recoge nuestra
Historia de Salvación personal y colectiva y la que señala con
fuerza nuestra proyección misionera?
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