El Costado Traspasado

Sangre y agua para la Vida

(Relectura de Jn 19, 31-37)

 

Agapito Antonio Ramos Valdez, m.ss.cc.

 

Cuadernos Muraho nº 29


 

 

Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María (Mallorca)

Casa Central

 

Francisco Silvela, 50, 4º A

28028 MADRID

Teléfonos: 91-7255913 y 91-3613387

Abril 2003


 

Introducción

En el Caribe delegacional suena el yobel, el cuerno que anuncia el jubileo grita desde las llanuras peladas y ardientes de Monte Cristi, recorre el cerro del Diviso en Fantino, se alza desde las montañas santiagueras en Jacagua, recoge el sabor de fresco verde sabanetero, toma calor de barrio en la Altagracia y se cuela estridente en el Millón. Dominicana hace fiesta jubilar en los Sagrados Corazones.

Como familia sacricordiana queremos celebrar, hacer fiesta, bailar desde el corazón encendido en la solidaridad con nuestra gente. Familia religiosa y laical nos unimos en el mismo canto anunciando una liberación renovada, recreando en cada acontecer de nuestra cotidianidad la Historia de la Salvación, la irrupción del Reino de Dios entre sus traspasados. Estos cincuenta años quieren ser testimonio de una historia vivida con pasos certeros y con tropiezos, con grandes conquistas junto a nuestro pueblo y otras veces "comiéndonos un cajón de sal" (como en su tiempo dijo un campesino de Jacagua adentro). En cincuenta años hay toda una vida, un camino trillado, unos surcos sembrados y unos frutos que se han podido ir recogiendo. En cincuenta años se puede mirar con esperanza hacia delante (sin ser iluso) y se puede mirar el pasado sin temor a convertirnos en una estatua de sal (Gn 19,26). Un camino se ha hecho y un camino nos falta por recorrer. La marcha no se detiene porque sentimos el arder de los corazones en el pecho en este trayecto (Lc 24,32) y la Buena Noticia se ha de seguir anunciando hasta los confines de la tierra (Lc 24,47). En esta fiesta nos unimos desde todos los rincones que como Congregación vamos germinando en vida abundante (Jn 10,10).

El material que en lo adelante encontrarán en este Cuaderno intenta ser una colaboración en este cincuentenario. Presentamos una reflexión a partir de Jn 19,31-37, texto que por demás nos marca en nuestro ser misioneros y en nuestra manera de situarnos en la realidad que nos ha tocado vivir. Seguimos creyendo que desde la Contemplación del Traspasado, en tantas personas traspasadas de nuestra historia, es donde se puede expresar el amor verdadero, el amor radical, el amor capaz de dar la vida en la entrega diaria (Jn 15,13).

En este Cuaderno hemos dividido el estudio de esta perícopa (19,31-37) del siguiente modo:

 

Tema 1.

Se intenta hacer un encuadramiento de la perícopa a estudiar dentro de un contexto más amplio, a saber los capítulos 18y 19, de este modo podemos tener una idea de conjunto que nos servirá para ubicarnos mejor en el ambiente. Algunas preguntas estarán de fondo y algo de trabajo manual, de tal manera que bien se pueda manejar la persona o el grupo en este contexto de los últimos momentos de la Pasión que nos narra el Cuarto Evangelio.

 

Tema 2.

Presentamos en esta parte, a partir del v.31, el dominio que tiene Jesús de la situación. Interesante es destacar que ya Jesús a expirado con su todo está cumplido en el v.30. No obstante los acusadores arremeten nueva vez y hacen nueva petición a Pilato. Queremos sobre todo destacar que un Maldito en la Cruz es el signo de Bendición para todo el pueblo.

 

Tema 3.

Tratamos en conjunto los vv.32-33 y en ellos queremos redescubrir la historia y su sentido, no sólo la historia remontada al ayer lejano en que ocurrieron los hechos, sino nuestra historia más reciente, el cómo la interpretamos a la luz de la Cruz y buscar en ella la dinamicidad soteriológica con que está impregnada.

 

Tema 4.

El v.34 lo consideramos central dentro de la misma perícopa, no sólo por su colocación, sino porque desde la sangre y el agua se nos presenta la mayor donación de Dios en su Hijo. Encontramos allí una fuerza trinitaria, pues en el agua es el mismo Espíritu el que ha sido dado a la comunidad que contempla al que cuelga del madero. Este v.34 es una invitación a sumarnos en la misma misión del Espíritu en la historia de la humanidad.

 

Tema 5.

Nos aproximamos con el v.35 a descubrir la fuerza que encuentra el evangelista al proclamar que lo dicho por él es la más plena verdad. La misma comunidad, que es comunidad creyente, puede dar testimonio de esta verdad. La comunidad somos nosotros, hombres y mujeres de hoy. De esta manera el testimonio que da el discípulo se hace testimonio del Espíritu, o a la inversa, es el Espíritu que testifica y el discípulo confirma. Del mismo modo, hoy, el Espíritu sigue gritando la gran Verdad que es Jesús para las comunidades que queremos ponernos delante del Traspasado.

 

Tema 6.

Al finalizar, queremos ver una condensación de la Historia de la Salvación en Jesús Traspasado. Una Historia de Salvación que atraviesa todo nuestro quehacer, toda nuestra vida y nos impulsa a seguir en el trayecto de re-crear, junto a nuestro pueblo, la misma vida. Queremos contemplar con nuevos ojos el Traspasado en nuestra historia, sentir su atracción como serpiente elevada en el desierto que invita a la transformación interior y al cambio radical en medio de la misma sociedad.

 

 

TEMA 1


Encuadramiento de la perícopa en el contexto de los capítulos 18-19.

 

 

1.1. El Libro de la Pasión

 

El Cuarto Evangelio se nos presenta en dos grandes divisiones que los estudiosos del mismo han llamado a) el Libro de los Signos (2,1-12,50) y el Libro de la hora (kairós) de Jesús o bien de la Pasión (13,1-20,31), estas dos secciones las encontramos englobadas por un prólogo que da apertura a todo el conjunto (1,1-51: La Palabra se hizo carne, testimonio del Bautista, el Cordero de Dios, los primeros discípulos, la llamada a Felipe y Natanael) y el apéndice final (21,1-25: La aparición a algunos de los discípulos, el apacentar las ovejas, el discípulo amado).

En el primer bloque, "Libro de los Signos" o señales de Jesús, tenemos signos como el de la boda de Caná (2,1-12), la purificación del templo (2,13-22) que dan apertura a todos los demás signos y aquellos signos que cierran el bloque, como son el de la unción en Betania (12,1-10) y la entrada mesiánica en Jerusalén (12,11-19).

El segundo bloque que nos encontramos es el del "Libro de la Pasión", la hora de Jesús. El cap 13 se inicia con el conocimiento por parte de Jesús de que ya había llegado su hora (v.1). Ya en los capítulos anteriores había dicho que su hora no había llegado, así le responde a María (2,4), a sus hermanos (7,6), a los que querían detenerle (7,30), etc. Desde el inicio del cap 13 hasta el cap 17, ha sido llamado por los estudiosos como los "discursos de despedida" de Jesús. Se puede notar que todo va en un ‘crescendo’ hasta llegar a lo que propiamente se puede llamar la historia de la pasión, muerte, sepultura y resurrección de Jesús (18-20). Estos capítulos intentan presentar lo que es la exaltación y glorificación. Este es el objetivo del redactor o de la comunidad que ha tenido la experiencia del Jesús resucitado. Gestos como el del lavatorio de los pies o bien el anunciar la traición que uno de los suyos hará en su contra, ya nos dan un claro indicio de todo lo que quiere comunicar el evangelista en toda esta sección (13-20). La pasión, la muerte y la resurrección son la más clara expresión del amor que Dios Padre puede expresar. No se ve la pasión y la muerte, sino desde la perspectiva del Resucitado, por ello la comunidad debe estar en actitud festiva, gozosa. Ciertamente Jesús muere, pero debe quedar la certeza en la comunidad de que la muerte no es la que tiene la última palabra en el proyecto de Dios.

 

1.2. Encuadramiento de los capítulos 18-19

 

En el relato de la pasión según San Juan, prácticamente todos los estudiosos coinciden, se dan ligeras variaciones sobre todo en lo referente a delimitar el cuándo finaliza el proceso ante Pilato. Para algunos éste terminaría en el versículo 16a (Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado) del capítulo 19. Otros piensan que el proceso se concluye en el versículo 22, pues en los vv.19-22 continúa la acción de Pilato en referencia a Jesús al hacer colocar un letrero indicativo de la causa de la condena: "Jesús el Nazareno, el rey de los judíos" y por la discusión que aún mantiene con los judíos a causa de esta inscripción. Por lo demás, los estudiosos, concuerdan.

Una posible estructura de estos capítulos puede ser la siguiente:

La primera parte corresponde a 18,1-27 en la que se nos presenta el arresto de Jesús y el interrogatorio hecho a él por las autoridades judías:

 

En esta parte encontramos:

a. Jesús junto a sus discípulos pasa al otro lado del torrente Cedrón y la búsqueda de Jesús por parte de la guardia que lleva Judas 18,1-3.

b. Confrontación de Jesús con los guardias y autopresentación 4-9.

c. Pedro reacciona. Respuesta de Jesús 10-11.

 

Nueva escena: 12-27: Ante el sumo sacerdote. La negación de Pedro.

a. Arresto y conducción de Jesús ante Anás 12-14.

b. Con el "otro discípulo" Pedro entra en el atrio. Negación de Pedro 15-18.

c. Interrogatorio a Jesús. Golpe del guardia a Jesús 19-23.

d. Conducción de Jesús hacia Caifás 24.

e. Doble negación de Pedro 25-27.

 

La segunda parte comprende 18,28-19,16a. En esta sección nos encontramos con el juicio que se realiza ante Pilato, éste es un juicio amplio, de larga duración si se compara con el que anteriormente ha sido realizado por los judíos. Hay cierto dramatismo y tensión en el mismo. El proceso de juicio y condena está mucho más detallado que en los sinópticos. Termina con el consentimiento de Pilato a la muerte de Jesús reclamada por los judíos.

Tenemos en esta segunda parte:

a. Conducción de Jesús al pretorio 18,28.

b. El debate del proceso 18,29-19,15:

1. Pilato sale a tratar con los judíos: acusaciones y competencia jurídica de los judíos 18,29-32.

2. Pilato entra en el pretorio para interrogar a Jesús: declaración de Jesús sobre su reino y el testimonio de la verdad 18,33-38a.

3. Pilato sale para tratar con los judíos: la propuesta de amnistía pascual 18,38b-40.

4. Pilato hace flagelar a Jesús: parodia de vestimentas reales de parte de los soldados 19,1-3.

5. Pilato sale y presenta a Jesús: "he aquí el Hombre"; reacción y acusación de los jefes judíos: "se ha hecho Hijo de Dios"; reacción de Pilato 19,4-8.

6. Pilato entra en el pretorio para interrogar a Jesús: declaración de Jesús sobre el poder de lo alto y sobre el pecado; tentativo de Pilato para liberar a Jesús, reacción de los judíos, amenaza de denuncia al César 19,9-12.

7. Pilato hace salir a Jesús, se sienta en el tribunal y presenta a Jesús a los judíos: "he aquí vuestro rey"; reacción de los judíos y elección del César como único rey 19,13-15. Pilato entrega a Jesús para ser crucificado 19,16a.

 

La parte tercera es la que contiene los episodios de la crucifixión, de la muerte y de la sepultura de Jesús 19,16b-42. La entrega de Jesús al Padre. La misma puede ser subdividida en dos secciones:

 

1. De la crucifixión a la muerte de Jesús 19,16b-30.

a. Jesús lleva la cruz, es crucificado junto a otros dos 19,16b-18.

b. Antes de la muerte de Jesús tenemos:

La inscripción "Jesús de Nazaret Rey de los Judíos" contestada por los jefes de los sacerdotes y confirmada por Pilato 19,19-22.

La vestimenta de Jesús repartida entre los soldados y su túnica echada a suerte; así se cumplirá la Sagrada Escritura 19,23-24.

Jesús presenta la madre al discípulo y viceversa 19,25-27.

c. La muerte consentida de Jesús: Cumplimiento de todo 19,28-30.

 

2. De la muerte a la deposición en la sepultura 19,31-42.

d. La petición de los judíos de que bajasen los cuerpos y la transfixión del costado, sale la sangre y el agua y el testimonio de aquél que ha visto 19,31-37.

e. La deposición y la sepultura de Jesús de parte de José de Arimatea y de Nicodemo 19,38-42.

 

Por la peculiaridad misma del Cuarto Evangelio notamos la independencia que el mismo tiene respecto de los sinópticos, no obstante, se puede percibir que este relato de la pasión es el punto en donde se dan mayores enlaces con los tres primeros evangelios; ello no quiere decir que el Cuarto Evangelio dependa de aquellos, esto es aún materia de estudio para los especialistas. En esta parte nos circunscribimos a los capítulos que nos narran la pasión, a saber, 18 y 19, como dice Severino Talavero:

"Apenas habrá lugares en que los cuatro evangelistas vayan más al unísono que en esta materia de la Pasión. Esto es tanto más llamativo cuanto que Juan en el resto del evangelio es bastante independiente".

Se destacan en estos capítulos las acusaciones que le imputan a Jesús. En estas no se expresa simplemente un juicio religioso contra Jesús, sino que se tornan como juicio político. Se da la unidad de los poderes religioso-político para hacer desaparecer un nuevo "agitador" de carácter revolucionario que estaba despertando la atención de muchos en el pueblo. Si bien es verdad que Pilato hace uso del juicio a Jesús como una manera de ridiculizar a los dirigentes judíos que se lo traen (18,39; 19,19.22), no menos cierto es que una vez que se pone en juego la sostenibilidad del poder, éste no duda en mandar al suplicio a quien pone en cuestión el poder que se detenta (19,12.16a).2 Hay, además, temas que resaltan dentro de este contexto del los capítulos 18-19, así encontramos que lo referente a la fiesta grande de la pascua impregna todo el conjunto, así también el tema del reinado; por una lado la fiesta de la pascua, que Juan la hace coincidir con la fiesta grande que rememora en el pueblo de Israel la liberación, el paso de la esclavitud a la conformación de un pueblo libre, su liberación de Egipto, es para el pueblo de Israel la experiencia fundante de la propia existencia como nación; y por otra parte el tema del reinado, Jesús como rey, trae consigo la expectativa de ese Mesías esperado, el que debía cambiar laa situación vigente. Es Dios mismo quien prometió a Israel un rey de la estirpe davídica.3

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. Tomar nuestra biblia y hacer un encuadramiento de los capítulos 18-19 teniendo en cuenta los pequeños títulos que aparecen en ella.

2. Leyendo estos capítulos de corrido, ¿qué certeza puede tener la comunidad de que la muerte no tiene la última palabra?

3. ¿Cómo se puede entender que la pasión, muerte y resurrección sean expresión del amor radical del Padre?

4. Retomando Jn 18,28-19,16, ¿qué elementos nos ayudan a percibir la tensión y el dramatismo del proceso a Jesús?

5. En nuestra realidad podemos encontrar momentos tensionantes parecidos a este. Algunos ejemplos.

 

 

TEMA 2


La preocupación de los judíos.

 

 

31. Entonces, los judíos, puesto que era la Preparación, para que no permaneciesen los cuerpos en la cruz en sábado, pues era un día grande aquel sábado, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y los quitaran.

 

Los mismos que estaban empeñados en la muerte de Jesús, los que pedían la crucifixión ante Pilato, ahora se aproximan para hacer una nueva petición, a saber, que les quiebren las piernas4 y que los bajen de la cruz. Ellos estaban preocupados por la celebración de la Pascua5 que ya les venía encima, estaba vecina. De este modo tienen puesta su atención en la Pascua antigua y no ante la manifestación de la Nueva Pascua que representa Jesús, además de que así pueden confirmar la muerte de Jesús definitivamente. Jesús les era harto molestoso. En su mentalidad, el crimen cometido no les hacía impuros, sin embargo sí se podía considerar un acto de impureza que permaneciesen los cuerpos en víspera de la fiesta próxima.6 Este es el motivo principal, su urgencia, para que se cumplan las peticiones que hacen. No obstante, ni una ni otra petición podrá ser verificada en Jesús. Los soldados (v.32) sólo a él no le romperán las piernas ni serán ellos, los soldados, los que le bajen de la cruz; esta acción la llevarán a cabo José de Arimatea y Nicodemo (v.38ss). Quienes creen tener el control de la situación, como los judíos del relato, no perciben que ellos no controlan nada.

Para los judíos el dejar los cuerpos allí tendidos era algo más que intolerable, pero era parte del suplicio que imponían los romanos en la condena de la cruz, el que los cuerpos quedasen allí pendientes por varios días, como una forma de hacer escarmentar a quienes osaren cometer un delito tal. Allí se dejaban los cuerpos hasta la descomposición o para que fuesen devorados por las aves de rapiña. Por otra parte la ley deuteronomística determinaba que quienes fuesen ajusticiados colgándolos de un árbol, sus cuerpos no debían permanecer sin su sepultura, pues sería una maldición para la tierra, para el pueblo, ya que el que cuelga del árbol es un maldito de Dios (Dt 21,22ss; Jos 8,29, 10,26ss).

El Evangelio destaca sobre todo el hecho de la fiesta que se hace vecina, los judíos de ningún modo quieren contaminarse en la víspera de ésta, es por esto que no entran al pretorio cuando llevan a Jesús desde la casa de Caifás hasta donde Pilato (18,28). No están dispuestos a que su gran celebración sea dañada. Es la celebración de la Pascua que rememora la liberación de la casa de Egipto, pero además es celebración de la "victoria" sobre un "falso profeta" que se hizo Hijo de Dios (19,7). Para los judíos si aquellos cuerpos permanecían colgados, mucho más impuros serían, pues ¿cómo celebrar la Pascua de liberación, cuando la tierra, el suelo que Yahvé da está maldito?

El evangelio destaca el motivo que tienen los judíos para que sean quitados los cuerpos, el evangelista lo pone como un paréntesis "pues era grande aquel día". Los acusadores de Jesús, los sumos sacerdotes están preocupados por el rito que deben cumplir, el de la fiesta, se olvidan así de que "misericordia quiero y no sacrificio"; el rito, lo cultual, lo establecido denota más importancia que el desfigurado (Is 53, 2-3) de la cruz. Se viene señalando, en el relato de la pasión, que es la fiesta de la parasceve, así cuando presentan a Jesús ante Pilato (19,14a), en nuestro v.31 y en el v.42 cuando se nos refiere de la sepultura que han de darle. En el calendario judío se encuentran dos fechas que se sobreponen: la vigilia del sábado y aquella propiamente de la Pascua. El evangelista hace coincidir una y otra, de este modo la muerte de Jesús tiene una particularidad y significado más amplio pues "era un día grande aquel...". Los judíos con su petición quieren guardar la sacralidad del sábado, de la fiesta. Sin embargo Jesús muerto, que se ha entregado libremente a esta muerte, lleva a la perfección (todo está cumplido 19,30) toda la espera y esperanza bíblica. Inaugura así el sábado y la Pascua definitiva. Es por ello que puede ser llamado este sábado como un día grande, solemne.7

La Pascua que se aprestan los judíos a celebrar, ahora, sin ellos percibirlo siquiera, le viene invertida, pues ahora el cordero de liberación es el que está colgando del madero. Es interesante, nos hace notar el comentario de Mateos – Barreto, que se puede hablar de una especie de solidaridad de Jesús en la presencia de aquellos otros dos crucificados,8 pues es la solidaridad con todo el sufrimiento de la persona expresada en su máxima calamidad como es el momento de la condena a muerte dada por el poder establecido. Se hace solidario en el dolor del otro, pues es el Verbo hecho carne (1,14) habitando en medio de los suyos. Juan percibe la muerte de Jesús como el signo de la presencia del Cordero de Dios, por ello la insistencia que tiene, en su evangelio, de presentar la muerte de Jesús en el mismo día de la Preparación (13,1; 18,28.31; 19,14.31.42), además de que nos da el dato de la hora en que muere, es la hora sexta (19,14). Con ello nos remarca la dirección histórico-teológica que impregna su evangelio, es decir que mientras se crucifica a Jesús y muere, es justo el momento en que en el templo se están inmolando los corderos de la Pascua grande de liberación. Aquí está la impronta teológica de Juan, se está preparando por parte de los judíos, sin ser conscientes de ello, la fiesta del Cordero que cuelga de la cruz, la liberación del exaltado que atrae (12,32).9

Ciertamente los enemigos de Jesús pudieron encontrar con facilidad una excusa para presentar querella política contra él ante Pilato, cuya posición entonces en Roma parece no era demasiado brillante, de este modo era más fácil para los judíos el poder ejercer presión al Gobernador, "si libera a ése no eres amigo del César", son palabras que intimidan, más aún cuando se está aferrado al poder. Se ha de tomar en cuenta la tipología regia en la que se enmarca a Jesús, de hecho es la inscripción que manda poner Pilato sobre la cruz. Para el Cuarto Evangelio, la realeza de Jesús es reconocida por quien representa el imperio, Pilato, y que el letrero sobre la cruz se exprese en diversos idiomas, los más conocidos, es lo que provoca el "encontronazo" entre Pilato y los sumos sacerdotes, esto pone de relieve la importancia que tiene esta proclamación hecha. Lo que en principio quería ser una especie de ironía, el señalamiento del motivo de la crucifixión, se hace, según nuestro evangelio, proclamación de esta realeza verídica de Cristo.10 Esta pasión de Jesús bien puede ser llamada como una ‘epifanía real’ en cuanto que el hombre acusado, despreciado, expoliado, maltratado es quien se autoproclama rey que ha venido a dar testimonio de la verdad. Con la autorización dada por Pilato para que le crucifiquen y el cumplimiento de los soldados a esta orden, lo que se está llevando a término es precisamente lo contrario de lo que ellos creen, pues piensan que le están dando muerte a Jesús y, en verdad, lo que están realizando es su elevación y entronización en la cruz, la Hora de glorificación se ve así realizada.

El conflicto con los sumos sacerdotes de los judíos sigue en pie, aún estando Jesús en la cruz, clavado, sigue siendo él quien domina toda la escena, es el centro, foco de atención, quien tiene el "control"; ellos se sienten ofendidos ante Pilato, pues se le hace una confirmación de la dignidad de rey a Jesús, y ¡rey de los judíos! Es una de las acusaciones que ellos traen en contra de Jesús para que sea enjuiciado y condenado, y es esta acusación, también, la que dignifica al que cuelga del madero. Una vez más los acusadores se sienten acusados y acosados. No tienen el dominio de la situación. Es verdad que llegará la muerte de Jesús, sin embargo, así nos lo deja entrever el evangelista, es una muerte que ya es victoria... el débil de la cruz está triunfante sobre los fuertes de la tierra.

Los judíos, sus jefes, tienen prisa de que termine la ejecución, Jesús (sobre todo Jesús) debe desaparecer de la cruz y no ser más proclamado "rey de los judíos...", pero Dios da a su petición un fin muy diverso, ellos deben mirar al que ha sido (será) traspasado. Quieren que sea quitado el cuerpo de Jesús (y el de los otros dos) de la presencia del pueblo, el texto señala el motivo que tienen los judíos para que ello acontezca "era el día de la Preparación", que permaneciesen allí era una gran ignominia, además de pecado para todo el pueblo, más aún para sus representantes religiosos (Dt 21,22ss); Juan quiere subrayar la coincidencia de la fiesta judía con el sábado. El adjetivo ‘grande’ ya había sido referido por Juan en el último día de la fiesta de las tiendas (7,37), que se distinguía por ritos especiales, como ya han sido señalados. Hay toda una concentración del calendario religioso, por una parte está la vigilia del sábado y por la otra la fiesta de la pascua. Todo esto da una significación distinta y especial a la muerte de Jesús, su significación resalta, y con el adjetivo ‘grande’ se deja sobre entender, además, no sólo lo especial del sábado en sí, sino lo que ha de ocurrir en la víspera de esa fiesta. Lo grande es el Cordero. Esto es lo santo que acontecerá. Los judíos están preocupados para que la sacralidad del sábado no se pierda a causa de los crucificados, no obstante, Jesús con su muerte asumida libremente lleva a término su misión y da cumplimiento a toda la espera bíblica. Este sábado es el de la Pascua definitiva. Por esto se puede llamar aquel sábado ‘día grande’. La muerte de Jesús no está en las manos de quienes detentan el poder, político o religioso, su muerte es la más clara opción de fidelidad al proyecto de salvación del Padre: hacer su voluntad.

Jesús, con su donación en la cruz se convierte en maldición, según lo establecido por la ley, pero será una maldición que, por paradoja, se transforma en bendición, es lo que Pablo escribiendo a los Gálatas dirá: "Cristo nos redimió de la maldición de la Ley haciéndose por nosotros maldición, pues escrito está: ‘Maldito todo el que es colgado del madero’ " (3,13), sometiéndose a esta maldición legal, Cristo nos ha liberado de la maldición profunda que implicaba el pecado. Ya sabemos que Juan nos presenta la muerte de Jesús sin mayores estridencias (sin gritos, sin gestos doloríficos...), la muerte que acontece en Jesús es señal de su victoria, pues es Jesús mismo quien se entrega "todo está cumplido" (19,30).11 Su muerte es ruptura con lo presente, con lo establecido por los poderes de este mundo. Ya, antes de que se nos presente la resurrección del Señor, su muerte es un claro indicio de que se puede vencer desde la aceptación de la voluntad del Padre. Con su muerte no queda Jesús en el oprobio (que representaba aquel crurifragium) ni sus enemigos se pueden frotar las manos. Es que hay muertos que por el talante de la vida que vivieron siguen caminando en la conciencia de un pueblo. Esto parece ser Jesús. Hay muertos que invitan a la vida en abundancia. Ahora sigue siendo más necesario que se retire el cuerpo. Pues además de maldición, este hombre colgado del madero, es una provocación, un desafío.12

"Que les quebraran las piernas y los quitaran", así se manifiestan los contrarios a Jesús, una petición que no se realizará en quien está al centro de la escena. Si la Pascua está vecina, el Cordero de esta Pascua ya está preparado, íntegro, sin defecto. "El Hijo ha venido a poner fin a los ritos por los que Israel tenía que renovar continuamente sus vínculos con Yahvé, y sobre todo la fuerza salvífica de la cruz reside exclusivamente en la actitud interior, personal, de Jesús ante su pasión y no en el suplicio en cuanto tal."13

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. ¿Cómo se puede entender que quienes acusan a Jesús no tengan el control de la situación?

2. Podemos nombrar algunos "crurifragium" de nuestro pueblo, ayer y hoy.

3. Es posible que un ‘maldito’ (Jesús, según Dt 21,22ss) pueda ser señal de bendición. Conocemos algunos ejemplos de otros y otras ‘malditos/as’.

4. Por qué, según el Cuarto Evangelio, aquel sábado era un día GRANDE.

5. Eso de ser solidarios desde el sufrimiento, no sería puro masoquismo, buscar ‘el dolor por el dolor’, ¿cómo entender esta solidaridad desde la visión de los SS.CC?

6. La pasión se ha entendido como una ‘epifanía real’ de Jesús ¿por qué? ¿cómo el débil puede ser fuerte?

7. ¿Qué implicación tiene para un/a seguidor/a de Jesús que su muerte sea una ruptura con el statu quo, con el sistema y orden establecido?

 

 

TEMA 3


Pero... no le quebraron las piernas.

 

 

32. Entonces vinieron los soldados y quebraron las piernas del primero, y también al otro que habían crucificado con él.

 

Ya la partícula (entonces) nos inicia en un cambio de esce-nario: de la presencia ante Pilato por parte de los judíos, a la presencia en el Gólgota por parte de los soldados. Estos se aproximan a los que están en las cruces. Primero quiebran las piernas a uno de los que estaban al lado de Jesús, luego pasando de frente a Jesús, aplican el crurifragiun también al otro... ¿Qué está en la mente del evangelista al dar este salto, al dejar a Jesús para último momento? Es simplemente que los soldados han percibido la muerte de Jesús y ya no se hace necesario la aplicación del "tiro de gracia", o bien el objetivo del evangelista es precisamente ése: dejar a Jesús como centro de todo este evento que narra, Jesús dominando la escena... se acrecienta así la impaciencia (en los lectores) por lo que acontecerá.

Podemos decir que se hace uso de un recurso literario para este fin.14 Si es que los soldados ya han visto que Jesús está muerto, entonces se puede decir que tuvieron un poco de compasión por aquellos dos y deciden hacerles menos tortuosa la existencia y deciden acelerar la muerte de aquéllos; o quizás el evangelista ‘hace’ confabular a los soldados para que no sea aplicada la petición hecha por los sumos sacerdotes y, una vez más, Jesús sale triunfante ante sus adversarios. De este modo podrá luego el autor destacar la relación que se da entre este Jesús del madero y el Cordero de la liberación del pueblo. Todo está preparado.

 

33. pero al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas.

 

Jesús está definitivamente muerto, esto es lo que ven los soldados, allí está el cuerpo inerte, sin movimiento ni respiración acuciante. No hace falta que en él se apliquen las quebraderas de piernas, no hay razón para acortar el sufrimiento, pues ya no hay vida en el cuerpo, por lo tanto, desde la óptica de los soldados, es uno menos al que se le deba aplicar el crurifragium aquel. Sin embargo, desde la óptica del evangelista, esta situación especial que se verifica en Jesús, es la que da enganche con lo que más luego él dirá sobre el Cordero Pascual (v.36).15 Esta no quebradura es la confirmación de que en Jesús se está ya realizando la nueva y definitiva Pascua, no sólo para el pueblo elegido de Israel, sino para toda la humanidad que se abra a esta experiencia de fe, para todos aquellos que crean como el mismo evangelista ha creído (v.35).

Se redescubre la historia y su sentido desde Jesús en la cruz.16 El evangelista tiene una visión más profunda del acontecer, él puede percibir la novedad de esta Pascua, y ésta será luego su afirmación, su convicción, su creer. A Jesús no se le romperán las piernas porque así se inscribe toda esta situación que atraviesa más plenamente en el proyecto de Dios. Los soldados no son concientes de lo que están realizando dentro del plan de salvación. Jesús es un condenado más como los otros. El evangelista no sólo tiene la capacidad de ver como se cumple un hecho concreto de la Escritura, a saber que no se le romperán las piernas al cordero (Ex 12,46), sino que percibe el contenido más profundo de esa Escritura, es decir la dimensión de este Jesús en la cruz como el nuevo y verdadero Cordero Pascual, la historia se reescribe de nuevo.17

La petición hecha por los judíos a Pilato no alcanza su objetivo principal: Jesús. Así, la muerte de Jesús no queda pendiente de quienes detentan el poder religioso o político. Su muerte es una opción tomada libremente, es una donación que entra dentrode los designios de su Padre, esta es la fidelidad del Hijo a ese proyecto. Aquí está la fuerza soteriológica de este relato. Su entrega es voluntaria y radical. El evangelista nos pone en esa dinámica de atención desde el mismo momento en que empieza a destacar la centralidad de Jesús en el Gólgota, el paso de un crucificado a otro y Jesús dominando la escena, con ello se señala la relevancia que tiene aquel ajusticiado por los poderes confabulados. Jesús, destacado en el Calvario, es el centro al que todos han de mirar (v.37), es la fuente de la vida más plena (v.34). El evangelista juega con esta centralidad de Jesús como queriendo decir éste que está clavado es el más libre, es quien domina la situación, es el que todo ha cumplido (19,30). Es el Señor de la vida, es el Cordero que libra a Israel, que quita los pecados del mundo (1,29).

El cuadro que nos presenta la escena es sumamente sugestivo. El lector está a la espera de lo que acontecerá con Jesús ya que los soldados le han dejado para último momento. Lo que sucede con los otros dos crucificados no se dará en Jesús. Hay toda una simbología en el fondo de esta situación, ahora se hace presente en el evangelista la memoria de lo que ya con años de antelación había escuchado decir al Bautista en referencia a Jesús: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (1,29). Ahora parece entenderse mejor, Jesús se realiza plenamente como Cordero que quita el pecado en el hecho mismo de su donación, de su oblatividad. Esta oblatividad es la de su situación de crucificado. Con esto se vuelve a aquello que dijo el Bautista. Una especie de arco que parte de 1,29 y atraviesa todo el evangelio (19,14.33.36). Es ahora que el evangelista comprende y se enciende su fe. Parece que todo se ve claro. Jesús es realmente el Cordero de Dios. Rememorando lo dicho por el Bautista, rememora también el cordero pascual del Éxodo y lo dicho de aquel cordero "no le será roto ningún hueso" se aplica ahora en Jesús.

No es capcioso afirmar que este versículo haga, de algún modo, referencia al cordero pascual como también al siervo sufriente de Isaías. Ya, desde el 19,14 percibimos que la condena de Jesús y su ejecución se da mientras en el templo se están haciendo los sacrificios del cordero pascual18 que recuerda la liberación de Israel de la casa de la servidumbre. En la narración todo está muy bien cuidado y no se pierden hilos en la conducción de los hechos, es en esa dinámica que envuelve el evangelista a su lectores. Hace que ellos vayan también redescubriendo a Jesús como el Cordero anunciado, por ello, al no darse la rotura de las piernas de Jesús se hace conexión con todo lo anterior, a saber la historia exodal y lo dicho por el Bautista, además que luego, como confirmación pondrá la Escritura (v.36).

En el anuncio del Bautista (1,29) se identifica a Jesús con el cordero, Jesús es Cordero. Así se sitúa en la dinámica del uso bíblico del cordero pascual que es la señal de la liberación para el pueblo de Israel, se tiene presente también la práctica cotidiana que se hacía en el templo, ofrecimiento del cordero como víctima expiatoria. Toda esta fuerza teológica viene aplicada a una persona: Jesús. El Bautista cuando presenta a Jesús cordero lo presenta en relación con la divinidad "Cordero de Dios" es por ello que quita los pecados del mundo. No se puede olvidar que en la comunidad joánica hay un camino hecho, hay toda una experiencia y vivencia de fe. Es lo que la comunidad cree, goza y celebra.

Según F. Raurell, Juan es el evangelista que mejor valoriza la tipología del Éxodo. La Pascua de Cristo es la de "pasar de este mundo al Padre", y con él también los suyos que están en el mundo han de pasar al Padre (17,24). Así con el Cristo glorificado es toda la humanidad la que reemprende la marcha por los caminos de un nuevo éxodo. La tipología exodal de Juan sería una reflexión lenta y sutil sobre el gran acontecimiento como un hecho permanente de la historia de Israel, esta reflexión joánica da a las perícopas un movimiento en espiral alrededor del eje que es la pascua. Agrega Raurell: 

"De la unión de los versículos 33 y 36, considerados en su contexto pericopal, resulta, por tanto, una imagen de Cristo como nuevo Cordero Pascual, imagen que evoca y completa al mismo tiempo la designación de ‘Cordero de Dios’, con la cual el Bautista presenta a Jesús (1,29".19

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. En los vv 32-33 ¿cómo Jesús, según el evangelista, sigue dominando la escena?

2. ¿Qué visión, perspectiva tiene el evangelista al no presentar en Jesús la roturas de las piernas?

3. Desde la cruz, ¿cómo se redescubre la historia y su sentido?

4. ¿Dónde se percibe la fuerza soteriológica (salvadora) del relato? ¿dónde percibimos esta fuerza?

5. ¿Qué entendemos al hablar de cordero pascual y de tipología exodal?

 

 

TEMA 4


El Costado Traspasado.

 

 

34. sino que uno de los soldados, con una lanza, le traspasó el costado y enseguida salió sangre y agua.

 

Este versículo entra en una nueva dimensión dentro de la escena que se desarrolla. La partícula avlla, hace que se produzca este cambio. En Jesús no se verificará el crurifragium, "sino que...", con esta disyunción se está dando mayor importancia a lo que sigue después de ella, a saber el brotar de la sangre y del agua. La cientificidad de este fluir sangre y agua del costado de un muerto, no entra en nuestro interés, en nuestra reflexión.

 

"De todas estas discusiones médicas lo único que podemos sacar en claro probablemente es que no se ha de considerar imposible que brotara sangre y agua del costado de Jesús, conforme a la descripción de Juan, y que no ha de descartarse en principio un fenómeno natural de este tipo".20

Entonces un soldado con la lanza golpeó (pinchó para algunos),21 para cerciorarse de la muerte real de Jesús. Pero también puede ser entendido, en el sentido de que se toca para que despierte.22 Jesús que se alza de la muerte, del sueño a la vida. Este puede ser también, inconscientemente, el toque del soldado en el costado. Para Domingo Muñoz León, en el Jesús golpeado en el costado se da la expresión mayor del amor, la revelación del Dios redentor, esta es su "hora"; el amor de Dios a la humanidad se expresa en al amor de la entrega incondicional de su Hijo. La mayor expresión de ese amor es la visión del cuerpo traspasado en la cruz.23 No se dice que de la herida haya salido mucho líquido. No es lo que interesa al evangelista. Lo importante es el trasfondo que desde esta realidad de sangre y agua se percibe, esto es lo que interesa a la comunidad que lee las palabras del que vio estas cosas. El golpe posiblemente fue dado con violencia, al menos con fuerza, para producir una herida tal que, luego Jn 20,27, nos dirá que Tomás haya podido meter la mano.24

Los soldados actúan como se esperaba de ellos, es la acción típica que debían realizar: crurifragium para los aún vivos y lanzada en el pecho para Jesús, así pueden comprobar su muerte;25 Senén Vidal dirá que: 

 

"...dentro del contexto, la frase ‘y al punto salió (por la apertura hecha en el ‘pecho’) sangre y agua’ tiene la clara función de señalar la muerte efectiva de Jesús. No hay que entenderla como un informe del testigo ocular, sino como una expresión tópica de la muerte, desde los conocimientos médicos de entonces (¡no de ahora!): Jesús pierde (‘salen’ de él) ‘sangre’ y ‘agua’, los dos elementos básicos que, según la concepción médica (popular) de entonces, constituyen el cuerpo humano vivo".26

 

Se verifica la muerte real de Jesús. No hay fingimiento, se le da como un golpe de gracia. Para el evangelista, en este relato lo que realmente le importa es que a Jesús no le rompen las piernas y que de su Costado Traspasado salen sangre y agua. Esto importa porque son elementos que luego el evangelista los verá como cumplimiento de la misma Escritura. En Jesús se realiza plenamente la Escritura. Además de que los signos de sangre y agua para él tienen una impronta especial, esta impronta, este sello es el que la comunidad va a reconocer. Jesús muerto, Traspasado, se vierte en sangre y agua.27

Desde ya el evangelista está presentando, en este muerto, la vida en abundancia (10,10). Algunos ven un hecho milagroso en este acontecimiento de la sangre y el agua, otros más bien como un hecho natural que puede ser explicado por la ciencias médicas. Diversos autores ven en esto el significado simbólico con acentuaciones varias: cristológica, eclesial, sacramental en relación con la eucaristía y el bautismo. Los demás evangelios no hacen mención de este golpe de lanza ni menos de que se diera en Jesús la salida de sangre y agua de su cuerpo. Así tenemos, una vez más, que Juan toma estos elementos porque detrás de ellos ve todo un significado teológico profundo para la comunidad a la que escribe y para sus lectores (de todos los tiempos). "Sangre y agua conjuntamente indicarán la fuerza salvífica de la muerte de Jesús".28

"Y en seguida salió sangre", sabemos que en la cultura semítica la sangre es el lugar en donde reside la vida, en ella habita el alma (Gn 9,4; Le 17,11.14; Dt 12,23), es la sangre humana la que grita a Dios para que se haga justicia (Gn 4,10; Hb, 12,24; Ap 6,10). Los sacrificios del pueblo de Israel tienen su base en el poder expiatorio de la sangre (Ex 29,20...). Además la sangre del cordero pascual se debía poner como señal en las puertas29 en donde habitase un israelita, por allí no pasará la muerte, en el tiempo de la liberación de la tierra de Egipto (Ex 12,7.13). En nuestro contexto podríamos bien decir que en la sangre está la fuerza del amor radicalmente entregado.30 La comunidad no sólo celebra el bautismo (agua), sino que también se hace patente el vino (sangre) en la Cena de Señor, éste hace memoria eficaz de la muerte cruenta de Jesús, de su sacrificio y entrega. Los discípulos, luego, pueden interpretar incluso como bautismo el testimonio que se puede dar con la sangre, con el martirio (Mc 10,38; Lc 12,50). La sangre de Jesús viene a ser entendida como verdadera bebida que junto con su carne se hace verdadera comida (6,53.54.55.56), esto es la totalidad de la entrega de Jesús hasta el extremo, poniendo la vida de por medio.

 

"La sangre significa la muerte y es la expresión suprema del amor, que no se condensa en el cadáver, sino que brota en donación continua al hombre."31

 

La comunidad primitiva ya no necesita todos aquellos ritos expiatorios para su purificación y liberación de los pecados, reconocen, experimentan y viven en la sangre del Cordero la fuerza para continuar y servir como lo hizo el que está pendiente de la cruz.

"Y agua", esto es lo que el evangelista quiere destacar, de hecho la partícula copulativa (y), cuando aparece en Juan, quiere resaltar el segundo elemento de dos que se encuentran (así también 3,5 "agua y el Espíritu", 20,8 "vio y creyó"). En 19,34 lo que llama la atención es que de la herida infligida brotase agua. Esta agua nos remite a ver la hora sexta32 en que Jesús se presenta en el pozo delante de la Samaritana. Ahora el don de Dios se está haciendo más patente a través de este Costado Abierto: agua viva (4,10) es la que brota de la herida para que no haya más sed (4,14). Una alusión mayor la encontramos en 7,37-39: "El último día, el grande de la fiesta, se detuvo Jesús y gritó, diciendo: ‘Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que crea en mí, según dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su seno. Esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había sido dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado".

El agua viene a ser entendida como un don de Dios en los tiempos mesiánicos, este valor lo adquiere en el tiempo y el lugar en donde se ubican las narraciones del Antiguo Testamento, así por ejemplo: me dejaron a mí fuente de agua viva (Jr 2,12-13), porque dejaron a Yavé, manantial de agua viva (Jr 17,35), porque contigo está el manantial de la vida (Sl 36,9-10), Como busca la cierva corrientes de agua (Sl 42,1ss). En estos textos el agua es símbolo de Dios mismo, es la vida. También el agua viene a significar la sabiduría: arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría (Prov 18,4), el agua de la sabiduría le dará a beber (Sir 15,3). O bien como dice el profeta ustedes que tienen sed, vengan al agua, aunque no tengan dinero vengan igualmente (Is 55,1), porque yo derramaré aguas sobre la sequedad, ríos sobre la tierra seca. Mi espíritu derramaré sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus renuevos (Is 44,3-4), la bendición de Dios a su pueblo viene dada bajo esta categoría de agua y Espíritu. El agua es la que purifica el pueblo, esparciré sobre ustedes agua limpia y serán purificados de todas sus impurezas y de todos sus ídolos les limpiaré (Ez 36,25-27).33

El don del agua viva se presenta como la revelación de Dios, esta revelación es la que ofrece Jesús en su persona, acoger este agua es acoger la vida que da Jesús. Ríos de agua viva correrán de su seno, es la ofrenda del agua-Espíritu que hace Jesús, pero que todavía no se daba por completo, pues como aclara el mismo evangelista: esto dijo del Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él, pues aún no había sido dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado’. Nos encontramos en el contexto del cap 7, en donde los discípulos de Jesús insisten para que éste vaya a la Fiesta, la llamada de las Tiendas, es allí donde Jesús habla del agua que correrá como fuente desde el seno. Tiene presente Jesús parte del rito que se hacía en aquella celebración, la ofrenda del agua, que consistía en que todas las mañanas el sacerdote iba con grandes recipientes, en procesión, a la fuente de Siloé, allí los llenaba y regresaba de nuevo al templo para vaciarlos sobre el altar, de esta manera se inundaba el templo. Era una manera de agradecer al Señor el haber suplido con el agua necesaria al pueblo en el año que pasaba y con esta agua había dado fecundidad a la tierra y, a la vez, era una oración para que Dios concediese el agua en el año próximo, además de que con este ritual se apuntaba a la renovación espiritual de Israel.

En 19,34 hace presente el evangelista toda la fuerza simbólica contenida en el agua, ahora ve claro el nuevo bautismo que se ofrece, no el del Bautista (1,25.26.28.31.33), sino el del Espíritu Santo (1,33), no con el agua del Jordán, sino con el agua que brota del Costado Traspasado. Delante del evangelista se hace patente que es ahora el momento justo, el kairós de Jesús, ésta es su hora, la de la glorificación, ahora sí se puede derramar, y en efecto se derrama, el Espíritu: ‘manarán ríos de agua viva’. Desde la Pasión se visualiza la Resurrección, desde la muerte se deja ver la vida, desde la herida abierta la sanación. El ‘Varón de Dolores’ es la fuente de salvación para el pueblo. Fluye el don de Dios, el don del Espíritu (que es el Espíritu mismo) que no comprendía la samaritana (4,1-30) se hace palpable ante la presencia del evangelista.34

Juan ve en la muerte de Jesús su glorificación, el Hijo del Hombre ha sido elevado. Era necesario que así ocurriese, pues como Moisés alzó la serpiente, así también será alzado el Hijo del hombre, a fin que todo el que crea en él tenga la vida eterna (3,14-15). La cruz es la elevación-glorificación de Jesús (8,28, 12,23.33), ahora brilla la gloria de Dios en el momento de la pasión y del dolor. No se puede vivir la exaltación y glorificación sin pasar por la elevación dolorosa en el madero, algo así parece sugerirnos Juan. No habrá resurrección que no atraviese la pasión.35 Pero a la vez, anunciar la muerte de Cristo es anunciar su glorificación. En la pasión se da una gran revelación, es la teofanía de Dios. La fuente de vida se percibe desde la muerte de Jesús, su muerte se hace glorificación, fecundidad, vida para todos. El agua que brota significa el Espíritu que está siendo donado a los hombres y mujeres que creen.

Sintetiza excelentemente lo que es la gloria-exaltación de Jesús el vocabulario de Mateos-Barreto cuando dice:

 

"...La comunicación de su propia gloria (amor) es el gesto supremo de comunión por parte de Dios y realiza la unidad del Padre y el Hijo (1,14; 17,22; cf. 10,30; 17,11), hasta el punto de que ver a Jesús es ver al Padre (12,45; 14,9) y darle la adhesión a él es dársela al Padre (12,44; 14,1). La plenitud de la gloria presente en Jesús hace de él el Hijo único, el único Dios engendrado, que vive en la intimidad del Padre (1,18)... La gloria-amor se manifiesta en toda la actividad de Jesús como dador de vida (11,4.40), pero alcanza su expresión suprema en la cruz, cuando Jesús acepta voluntariamente la muerte por amor del hombre, para comunicarle vida (el Espíritu) (19,30: entregó el Espíritu; cf. 19,34). La muerte de Jesús es el momento culminante de ‘su obra’, anunciada en Caná (2,4), donde la muestra de vino anticipaba y anunciaba la plena manifestación de la gloria-amor en la cruz (2,8-10), la teofanía de la alianza (2,11: manifestó su gloria; cf. 7,39; 12,23.27ss; 13,31;17,1)."36

 

Desde la perspectiva del evangelista, Jesús ‘se sirve’ de la crucifixión para manifestar algo de sí que engloba la misma cruz, pero que a la vez la supera. Esto es su capacidad oblativa. El Jesús crucificado es un Jesús que continúa dándose, se dona todo, da lo mejor de sí a las personas y al Padre.

La lanzada en el Costado quiso confirmar la muerte cierta de Jesús, pero a la vez se convirtió, paradójicamente, como dice R. Brown, en el ‘comienzo de la vida’, pues es del cuerpo muerto de Jesús que brota el agua viva, agua que ha de ser fuente para todos aquellos que crean en él como ha creído el discípulo que da su testimonio por haber estado delante de la cruz.37 Jesús sería la presencia del nuevo templo del que surge el agua de la parte derecha y renueva todo cuanto es tocado por este agua (Ez 47,1ss). El Espíritu de Jesús se queda entre los suyos, se derrama,38 el muerto del madero está dando vida. La muerte de Jesús no es una desgracia para los discípulos, más bien les será provechosa, pues con su ida llegará el Espíritu de la Verdad,39 el Intercesor; esto lo ha referido Jesús cuando se inicia con sus discursos de despedida (14-17). Es lo que está aconteciendo con el Costado del que brota el agua (Espíritu). La misión de este Espíritu que se dona es la de llevar a la comunidad a la presencia viva de esta Verdad-Jesús. La Pasión por la que atraviesa Jesús será para los creyentes la más clara señal de la exaltación que acontecería con el Hijo del Hombre, esto se entiende desde la pospascua.40

En fin se han de ver los dos sustantivos ‘sangre y agua’ en su conjunto, sin hacer abstracciones de ellos, pues representan una realidad unitaria, brotan del Costado Traspasado de Jesús. Uno y otro hacen referencia explícita de la vida.41 Es la vida que viene entregada hasta las últimas consecuencias (13,1), hasta la muerte y muerte en cruz, en el oprobio que aquello representaba. Por esta muerte se da la comunicación en agua del Espíritu, por medio de su muerte fluye la vida de su humanidad, pero una vida que es ‘vivificada’ por el agua que brota de la fuente, agua viva del Espíritu.

 

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. Teniendo presente el significado de la sangre en la cultura hebrea, ¿cómo podemos decir que el verter la sangre de Jesús sea un signo de vida, de entrega total?

2. Siendo el agua un don mesiánico de Dios, repasemos algunos textos del AT ya citados aquí e intentemos interpretarlos desde nuestra realidad.

3. ¿Qué significa: ‘acoger el agua es acoger la vida que da Jesús’?

4. ¿Cómo se podría explicar que desde la pasión y el dolor se perciba la glorificación? ¿Cómo aplicar esto en nuestra realidad?5. ¿Por qué podemos decir que la alanzada en el costado es una paradoja?

6. ¿Cuál es la misión del Espíritu y por qué hemos de ‘ver’ sangre y agua en unidad?

 

 

TEMA 5


La verdad testificada.

 

 

35. y el que lo ha visto testifica y veraz es su testimonio, y él sabe que dice la verdad para que también ustedes crean.

 

Estamos un paso más adelante.42 Ahora es el momento en que otros también asuman como propia la verdad que quien narra los hecho quiere comunicar y afirma. Este versículo 35, puede emparejar fácilmente con aquel otro que dice el evangelista.43 Es ése el discípulo que atestigua estas cosas y que las escribió, y sabemos que es verdadero su testimonio (21,24). El evangelista no sólo le interesan las señales de sangre y agua como tal, va más allá, profundiza en lo que estos signos han de decir, lo que ellos expresan de por sí. Es una invitación a ver más allá del hecho, profundizar en el qué querrán decir esos signos para la fe de los seguidores de Jesús, por ello recalca en que es verdadero el testimonio que da y él44 sabe, por demás, que dice la verdad. La fe está de por medio en esta narración, esto interesa al evangelista: quienes escuchen y lean han de poner su fe en lo que se dice, este es su testimonio.45 Se invita a fiarse del testimonio, esto es creer en la veracidad de lo que proclama.

...Y el que lo ha visto testifica y veraz es su testimonio, ya desde principio del evangelio se empieza con un testimonio, en este caso es el Bautista que al ser cuestionado por los judíos dice que él no es el Cristo "y éste es el testimonio de Juan" (1,19.32). Ahora es el evangelista, el testigo ocular el que da testimonio de Jesús. El ver (o‘ra,w) de Juan implica una profundización en lo que se ve, ir más allá del simple sentido, de lo palpable, se capta una realidad mayor, estando en perfecto el verbo viene a ser como una proclamación solemne, además de que no es una proclamación estática del pasado, sino que mantiene su dinamicidad para el presente (de quien ha visto) y para el futuro (quienes verán ‘crean’). En Juan el ver está asociado a la fe y esto es ver la gloria de Jesús.46 El que ve llega a conocer lo más íntimo, lo importante, lo profundo, experimenta una relación diversa con aquello que es objeto de su ver. El verbo marture, w (dar testimonio, testificar) en perfecto activo memartu,rhken, nos habla de un testimonio que no se queda en un momento dado, sino que es el testimonio continuo, permanente.

Juan ha visto y cree. El punto de partida del movimiento de la fe era una realidad visible.47 Lo que ve suscita y refuerza su fe, entra en la profundidad del misterio y esto es lo que comunica. De algún modo se puede colocar este testimonio del discípulo junto al testimonio que da el Espíritu, pues en nuestro texto aparece el testimonio después del salir sangre y agua, y en la Primera de Juan (5,6-8) son tres los que testifican: el agua, la sangre y el Espíritu. Además en 15,26-27 se puede percibir la unidad entre el testimonio del Espíritu y el de los discípulos "Cuando venga el intercesor, que yo mandaré desde el Padre, el Espíritu de la verdad, que viene del Padre, él dará testimonio de mí: y también ustedes darán testimonio, porque desde el principio están conmigo".48 De modo que se puede decir que el testimonio del discípulo es también el testimonio del Espíritu, o bien es el testimonio que el mismo Espíritu hace proclamar al discípulo que está delante de los acontecimientos, el discípulo que ha visto la efusión de sangre y agua desde el Costado Abierto de Jesús.

Este testimonio, en el evangelio de Juan, es sumamente solemne, se está haciendo la proclamación de una gran verdad que ha de ser acogida, la verdad del Hijo de Dios, el Traspasado. Parece que así se cierra un arco abierto por el Bautista en 1,34 "yo en persona lo he visto y dejo testimonio". Ahora, el evangelista garantiza la fiabilidad de su testimonio él sabe que dice la verdad, tiene la certeza de que aquello que dice es conforme a la verdad, esta es su convicción y es esta convicción la que hace que narre estos hechos como un dato importante para todos aquellos que en la comunidad lleguen a leer lo que escribe, la garantía la da él porque estuvo delante de la cruz, para que ustedes crean. Importa mucho al evangelista la realidad de esta muerte de Jesús, pues ella se inscribe dentro del proyecto de Dios, en su plan. La muerte de Jesús tiene un significado redentor, y es este significado que percibe el testigo ocular al dar su testimonio de lo que ha visto. Ratifica así este testigo ocular la fuerza salvífica de esta muerte que es más una victoria que un fracaso, la cruz es un trono y no un patíbulo, esto también está detrás de la proclamación que hace el testigo de los hechos.

Y él sabe que dice la verdad,49 este v. 35 se verá garantizado con el cumplimiento de la Escritura que los vv. 36 y 37 señalarán en el sentido de que a Jesús no le serán rotas las piernas y la sangre y el agua (sobre todo el agua) que salen de su costado encontrarán confirmación en el Antiguo Testamento, así la verdad proclamada en el v. 35 por el testigo se confirmará por el testimonio válido de la Escritura. Además de la garantía veterotestamentaria de esta verdad (vv. 36-37; 5,39), está la garantía mayor, ésta es la de las obras que el Padre quiso que realizase Jesús y el mismo Padre da testimonio (5,36-37), incluso el mismo Jesús da testimonio de sí mismo (8,14), su juicio es verdadero (8,16), y en la Ley está escrito que es válido el testimonio de dos, y Jesús y el Padre testifican sobre Jesús mismo (8, 17-18). Ahora bien, el discípulo que está delante de la cruz no está sólo con su testimonio, esta es su gran verdad. Si entendemos el agua como efusión del Espíritu, entonces son dos los testigos válidos, a saber el discípulo y el Espíritu hablan la verdad.50 Esta verdad es revelación de Dios en y por Jesús. Decir la verdad es decir un principio cristológico (8,32 conocerán la verdad y la verdad les hará libre; 14,6 yo soy el camino, la verdad y la vida).

También la misma comunidad puede dar el testimonio conforme a la verdad (3Jn 3), la comunidad camina en la verdad (3Jn 4), son colaboradores de esa verdad (3Jn 8) y su testimonio es verdadero (3Jn 12). El evangelista transmite esta verdad a los suyos, a la comunidad; se hace garante de lo que ha visto y confirma e insiste en que su ver, su testimonio es válido, verdadero. Sólo el evangelista habla, pero en su testimonio no está solo. Garantiza la autenticidad de su testimonio la Escritura y el Espíritu que ha sido vertido desde el Costado.

La Escritura no sólo afirma el hecho en sí (de lo que ha visto el testigo), sino que pasa al significado más amplio (vv. 36-37), bien lo expresa Bussche al decir:

 

"porque un testimonio basado sobre la Escritura debe conducir a la fe, y no a un inicio de la fe, sino a la fe madura (20,31). El testimonio de sólo el evangelista bastaba para garantizar la veracidad de los hechos; pero para afirmar el significado profundo era necesaria la garantía de la Escritura cuya función es precisamente la de ilustrar cual era la intención de Dios en el particular de la pasión..."51

 

Para que también ustedes crean, no es para que lleguen a creer, sino que es una confirmación en la fe que ya poseen. El evangelista no presenta su fe como un acto puntual, sino más bien una actitud profunda y convencida, esto se quiere destacar cuando se pone el verbo pisteu,w (creer) en un subjuntivo presente pisteu,ÎsÐhte (para que ustedes...). La comunidad, en su creer, se pone delante de toda la implicación teológica que acarrea esta fe. Es decir, no sólo se cree el hecho de lo que dice el evangelista, sino que se tiene presente todo el actuar de Jesús, su vida, sus obras y sus palabras. Creer es tener presente toda la experiencia de vida, toda la historia y los ojos puestos en el horizonte para continuar avanzando.52 Así expresa el evangelista a los suyos este creer, así lo percibe la comunidad que acoge. De hecho, en la primera redacción del evangelio que terminaba en el cap. 20 se dice respecto a los signos que hizo Jesús: "...estos se han escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre" (20,31). El contenido pleno de esta verdad que expresa Juan es Jesús, él es el objeto de la fe, del creer. Recibir como ciertas las palabras del evangelista, sería aceptar la verdad que es Dios, es creer totalmente en Jesús "el que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado..." (12,44); de aquí se puede incluso afirmar una fe trinitaria, pues se cree en Dios Padre, en el Hijo y en el Espíritu que es el que junto al testigo ocular asevera esta verdad proclamada.

El verbo creer está cargado de sentido,53 él expresa la respuesta que quiere Jesús a la presentación del kerygma, en este caso a la presentación que hace el Evangelista desde el Gólgota, en él se recoge, por una parte, el objeto mismo del kerygma, la persona de Jesús, y por la otra, la confesión que el creyente realiza de la fe que posee. El mismo verbo es ya una fórmula de fe en cuanto que nos coloca delante del objeto del creer. Con su utilización se quiere hacer entrar a quienes se dirige el mensaje en una nueva y más dinámica relación con Dios por medio de Jesús. El testimonio que es dado por el mismo Espíritu, junto al de los Apóstoles predicadores y al del evangelista (15,26-27), tiene el objetivo de que ‘ustedes crean’ (19,35).54

Este versículo tiene una densidad especial, la utilización de palabras claves como ver, testimoniar, saber, decir, verdad, creer, intensifican aún más y fortalecen lo que se ha expresado en él. La comunidad que escucha se hace a la vez partícipe de todo este mensaje y asume el testimonio, no sólo como de alguien que lo ha dicho, el testigo ocular, sino como experiencia propia de la misma comunidad. Es ya la comunidad del discípulo amado la que tiene la vivencia del Jesús que se presenta Traspasado. Se puede percibir que estos verbos y sustantivos que se presentan en el v. 35, si bien no pertenecen al mismo campo semántico propiamente dicho, guardan entre ellos una relación muy estrecha en tanto que sólo se puede testimoniar lo que ha sido visto (lo que ha sido percibido por los sentidos), esto que se ha visto es lo que se dice, se puede decir porque se tiene certeza de que es una verdad y es esta verdad la que se cree con profundidad. Es esto, diríamos, lo que acontece con la comunidad joánica.

 

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. ¿Por qué es importante el verbo VER en el evangelio de Juan?

2. ¿Podemos decir que el testimonio del discípulo es el testimonio del Espíritu, por qué?

3. ¿Qué fuerza descubre el evangelista en la VERDAD que proclama?

4. ¿Qué entendemos por : "decir la verdad es decir un principio cristológico"?

5. La comunidad, puede dar testimonio de la verdad, ¿cómo?

6. ¿Por qué decimos que la fe no es un acto puntual?

7. ¿Dónde se ve la fuerza de este versículo 35, su densidad?

 

 

TEMA 6


Mirarán al que traspasaron.

 

 

36. Pues todas estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: no le romperán ningún hueso.

 

Este versículo nos remite al v. 31 que refiere la petición de los judíos para que les sean rotas las piernas a los crucificados y al v. 33 esto es, que los soldados no rompen las piernas de Jesús. Pero, además, este v. 36 se ensancha al decir que ...sucedieron para que se cumpliera la Escritura, así nos remite a otros contextos anteriores y que tienen que ver con la misma historia de liberación de Israel. Al no realizarse en Jesús la rotura de las piernas, los soldados están cumpliendo con la prescripción del Éxodo, así respetan el Cordero Pascual inmolado que es Cristo en el Calvario. Ya hemos dicho que el Bautista había señalado a Jesús como el Cordero de Dios, el que quita los pecados del mundo (1,29.36); no presenta a Jesús ‘como’ el Cordero, sino que éste es el Cordero, se identifica la persona de Jesús con el Cordero, de este modo se da un salto mayor, pues en Jesús se realiza, ahora, la salvación del pueblo. Este Jesús, en la cruz, es la condensación de la Historia de Salvación del pueblo de Israel, en él se llevará a cabo la salvación definitiva. Se cierra el arco abierto en 1,29 con esta mención implícita del cordero en 19,36; esto puede ser visto como una inclusión que parte desde el mismo inicio del Evangelio hasta dar su cierre en el cap 19.

Se cumple de manera profética en Jesús lo dicho por la Escritura sobre el cordero de la pascua en Ex 12,46 Cada cordero se ha de comer dentro de una casa sin sacar afuera nada de la carne, y no le romperán ningún hueso (también Nm 9,12), Jesús será el Cordero de la Nueva Alianza. También el salmo 34,21 puede ser una posible recurrencia, quizás en la situación que atravesaba el salmista pensara el evangelista al escribir y narrar lo que acontece con Jesús, él (Dios) cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se le quebrará; no habría que tomar un texto y excluir otro, pues ambos tienen algo que decir respecto a los que se narra desde el Calvario, primero está la realización en Jesús como Nuevo Cordero (Ex y Nm), y segundo, el salmo 34 se coloca en la óptica del justo que sufre, así por ejemplo también los salmos 22,17ss ...me cerca una banda de malhechores, me taladran las manos y los pies, y puedo contar mis huesos, y 69,22 En mi comida echaron veneno, para mi sed me dieron vinagre; cierto es que el salmista se siente perseguido, pero no menos cierto es su convicción de la victoria final, el Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él (34,23). En este salmo se encuentra reflejada la concepción judía que dice que era necesaria la integridad de todos los huesos para que luego pueda acontecer la resurrección. De este modo tenemos que el cuerpo de Jesús se encuentra íntegramente completo, ni un hueso se le ha roto, se prepara de este modo la resurrección del Señor.

La perspectiva del siervo sufriente es otra fuente que puede muy bien encajar con la situación concreta de Jesús, siendo, por demás, tema conocido en la tradición de Israel, no es banal afirmar que la situación de Jesús es la situación del siervo que presenta Isaías en el cuarto cántico 52,13-53,12.55 No es improbable que al referirse a la Escritura, estén presentes todos estos temas en la mentalidad del evangelista. Otros creen que en este versículo también se encuentra de modo implícito una referencia al sacrificio de Isaac, sobre todo cuando se describe a Jesús con la cruz a cuesta (Isaac que se le cargó con leñas en su espalda camino al sacrificio Gn 22, 6), Jesús es el cordero del holocausto (Isaac que pregunta por el cordero para el sacrificio Gn 22,7). En el evangelio, en cambio, Dios no se reserva a su hijo único, lo ofrece hasta la muerte (no alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada Gn 22,12).

 

 

37. y además en otro pasaje dice la Escritura: Mirarán al que traspasaron.

 

Sólo a quien sea perfecto se le podrá mirar. Jesús es el cordero que no le han roto los huesos, ahí está su perfección, así puede ser el Cordero de la liberación del pueblo, es perfecto sí, pero a la vez muchos se espantan de él, porque desfigurado no parecía hombre ni tenía aspecto humano (Is 52,13) como el siervo. Es ante este desfigurado de la cruz que se revela la máxima donación del amor de Dios para con su pueblo, este es el que asombrará a muchos pueblos (Is 52,15), son muchos los que quedarán perplejos, pues queda una pregunta en lo interno de quienes contemplan, qué es lo que se está revelando en este Varón de Dolores, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito (Is 52,15).

Aquél, el del Corazón Traspasado, es el punto de referencia para la contemplación. Ya lo había preconizado el profeta Zacarías como lugar desde donde el pueblo habrá de lavar sus pecados e impurezas, la fuente abierta (13,1). Quienes le miren llorarán como se llora la pérdida de un hijo único, pues el que cuelga del madero es el atravesado por la lanza de ellos mismos:"Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora un primogénito" (12,10). El maldito del madero se convierte en condenación para uno y en el más claro signo de salvación para otros. Jesús en la cruz se hace serpiente56 elevada en el desierto (Nm 21,8; Sb 16,5-6), símbolo de salvación y liberación para el pueblo, es el signo más grande del amor del Padre. Desde el Jesús Traspasado se expande la fuente de sangre y agua, es el don del Espíritu que corre por todas las partes "Aquel día brotará un manantial en Jerusalén: la mitad fluirá hacia el mar oriental, la otra mitad hacia el mar occidental, lo mismo en verano como en invierno. El Señor será rey de todo el mundo. Aquel día el Señor será único y su nombre único" (Zac 14,8-9). Este es el manantial que ya se prefiguraba en Is 8,6; Jr 2,13, anunciado en Ez 47 y Jl 4,18. Manantial que fluye sin secarse, que permanece para la vida del pueblo (verano-invierno). Ahora es desde Jesús que brota este manantial, él es el rey (19,12.14.15.19.21) él que comienza a reinar definitivamente. Nuestro versículo refiere más directamente al texto de Zacarías "Sobre la dinastía davídica y los vecinos de Jerusalén derramaré un espíritu de compunción y de pedir perdón. Al mirarme traspasado por ellos mismos, harán duelo como por un hijo único, llorarán como se llora a un primogénito" (12,10), al respecto dice X. Léon Dufour:

 

"Este pasaje forma parte de un oráculo (Zac 9-14) que anuncia la liberación escatológica de Israel, amenazado por poderosos enemigos, gracias al Señor fiel a su alianza. Se refiere a un personaje misterioso combatido y matado por los israelitas, pero cuya muerte llevará a la conversión de los corazones. Yahvé derramará el Espíritu gratuitamente y tendrá lugar una toma de conciencia".57

 

La muerte del justo, Jesús, será señal de condenación para aquellos que contemplen al siervo sufriente (Is 53) en la cruz sabiéndose causa de esta situación, pero a la vez es el signo de fortaleza para aquellos que han sido sus seguidores.

 

"Al pie de la cruz están los que rechazan la luz y también los que se dejan atraer por ella (3,18-21)".58

 

En este desfigurado encontrarán la luz para seguir avanzando en el camino ya emprendido, estos que creen (v.35), cuando contemplan, lo hacen desde una perspectiva distinta, saben y reconocen que la herida abierta en el costado es la fuente que germina en vida, el nuevo templo por cuya puerta sale el agua que saneará todo aquel lugar por donde pasen sus corrientes (Ez 47,9), es el agua que se da en abundancia (10,10), la "fuente inagotable de vida para los creyentes".59 Esto es lo que perciben los que contemplan con nuevos ojos al Traspasado del madero, estos son los que creen.

Se cumple ahora en Jesús la atracción que ya con antelación había él mismo anunciado: "Pero yo, cuando me levanten de la tierra, tiraré de todos hacia mí" (12,32);60 los judíos que quisieron su muerte (19,7), nueva vez, sin ser concientes de ello, lo exaltan, hacen de Jesús la serpiente que elevó Moisés en el desierto, serpiente de vida, no de muerte (3,14-15). Sigue siendo Jesús el punto de referencia, el centro, no sólo de la escena, sino centro de atracción para que todos encuentren en él la vida. Bien se puede decir junto a I. de la Potterie:

 

"la mirada hacia el Traspasado, descrita en el versículo final, prolonga la mirada del mismo discípulo (v.35) y se hace así mismo una invitación a condividir su fe en el sentido salvífico del evento, del cual la salida de sangre y agua del costado abierto de Jesús era el símbolo del cual él había sido testigo".61

 

Los que miran al Traspasado de la cruz con fe, encuentran en él la fuente de vida verdadera, por medio de este Exaltado se está comunicando el Espíritu a la comunidad que cree, él es la señal clara de la salvación y liberación del mundo, en él se manifiesta el amor sin reservas de Dios Padre. Quienes miran son los creyentes de todos los tiempos, los de ayer, los de este presente, y los del futuro. En ello está la dinamicidad de esta fe, del creer, en esto está la acción del Espíritu, agua vertida, que anima a las comunidades en la fe.62 La sangre y el agua que salen del Costado son el objeto de la mirada de aquellos que creen, corren hacia oriente y occidente (reinter-pretando a Zac 13,8), se expresa de este modo la universalidad de esta salvación que se da desde el Costado Abierto; la sangre que pueden ver es la expresión de la máxima entrega del Hijo al Padre y la mayor donación del Padre para todas las personas, sangre que es obediencia oblativa de Jesús al Padre, así se expresa su amor hasta las últimas consecuencias por nosotros.

Llegó el momento justo, el kairós en que lo nuevo irrumpe desde un corazón atravesado, herido y fluyente en sangre y agua, un corazón en medio de la misma historia del pueblo, es el tiempo oportuno para que la comunidad toda se cuestione y tome partido, para que la comunidad haga opción. Mirar al Traspasado pone en profunda decisión a todos aquellos que están delante del madero contemplando el Señor de los Dolores, el del Costado Abierto. La postura a tomar se hace cada vez más inminente: o se está desde el servicio y la misericordia a favor de la comunidad excluida y atravesada también o se toma la lanza para seguir inflingiendo heridas en el Costado y seguir en la construcción de más cruces. La comunidad creyente, la del discípulo amado sabe cuál es su opción. Sabe que le han de venir encima las mismas dificultades que hubo de asumir el Maestro. Pero una comunidad que cree es una comunidad que da la vida, porque se sabe cierta en la asistencia del Espíritu de la Verdad que brota desde la herida. Es una comunidad que canta:

 

"Aprendimos el secreto

del Corazón Traspasado.

No se vence por la fuerza

vence quien más haya amado" 63

 

Mirar al que traspasaron es ver al Crucificado como Resucitado. Esto es tener una mirada más contemplativa, que ve en lo íntimo, ve más allá de la realidad patente. Una mirada que interioriza en el corazón mismo de Dios. Una mirada que ve la historia realizada en Aquel que cuelga del madero. Todo este ver se desarrolla en un contexto de fe eclesial, en la comunidad joánica, fe practicada y explicitada para que también ustedes crean (v.35). Hay una experiencia-vivencia en este contenido de fe. Contemplar al Traspasado es tomar como referencia primera al Crucificado, es el "atraeré a todos...". El Exaltado es la fuerza de atracción que convoca hacia él. El evangelista nos ha dejado esta mirada, esta perspectiva. Si queremos llegar a Jesús debe ser desde la contemplación de un crucificado, no de otra forma.

 

 

Para trabajar en grupo o personalmente.

 

1. ¿Cómo podemos entender que Jesús en la cruz sea la condensación de la Historia de la Salvación?

2. ¿Por qué podemos decir que Jesús es también el siervo sufriente de Isaías 52,13-53-12?

3. Explicar: "Jesús se hace serpiente elevada en el desierto (cfr. Nm 21,8; Sab 16,5-6)".

4. ¿Cómo la muerte de Jesús puede ser una toma de conciencia y una conversión del corazón para quienes le vean atravesado?

5. ¿Qué se puede percibir al contemplar con nuevos ojos al Traspasado?

6. ¿Qué significa ser atraído por Jesús desde la cruz?

7. ¿Qué implica para nosotros hoy contemplar al que traspasaron y desde qué lugar de nuestra historia y realidad nos situamos en esta contemplación?

 

 

ANEXO


Jn 19, 31-37 en la gran escena del Gólgota: observaciones literarias.

 

 

La perícopa ante la que nos encontramos viene a ser como la bisagra que une dos portones, o bien las dos hojas de un díptico (Mateos - Barreto). Nuestro texto se inicia haciendo mención de la fiesta grande para los judíos (v.31) y en la escena siguiente, José de Arimatea que pide el cuerpo de Jesús a Pilato para deponerlo, se hace una nueva mención de la fiesta al cerrar el capítulo y la escena (v.42).

En nuestro texto se abre una perspectiva de futuro para todos aquellos que crean como cree el discípulo que estuvo delante de la cruz. Ahora se inicia una nueva creación, hay una donación especial de Jesús, el Crucificado. El que tiene el costado herido es quien se abre a la acogida de toda la comunidad. Una nueva Pascua está al acecho, en sangre y agua se da la donación plena del Hijo del Hombre, la comunión con él se hace necesaria desde este punto de vista, esto es la óptica del discípulo que está delante, en la hora de mayor dolor. Sangre como vida donada, agua como Espíritu que impulsa y empuja la misma comunidad a sentirse renovada desde la misma contemplación del Traspasado.

El testigo fiel insiste en su creer, en su fe, quiere que quienes lean su relato de los hechos, tengan la misma experiencia que a él le llena, quiere hacer vivir profundamente a la comunidad desde la mirada al Traspasado. Con él es toda una comunidad la que se representa.

La perícopa empieza presentándonos a los judíos, los mismos que han llevado a Jesús ante Pilato (18,12.28), éstos son los conocedores de la Escritura, pues saben que por prescripción los cuerpos no deben quedar allí colgados, pues esto representaría una maldición para ellos mismos, más aún si la fiesta está por iniciarse (Dt 21,22-23). Vemos una cierta relación entre el v. 31 y el 37 que habla de lo que dice la Escritura (para el v. 31 se encuentra implícito la referencia a Dt 21,22 ss), sin embargo en el v.37 es el discípulo que recurre al AT para decirnos que "mirarán al que traspasaron", en el v.31 sin hacer señalación explícita de la Escritura, los judíos la tienen presente; en el v. 37 la mención de la Escritura es explícita, así lo dice el evangelista, sin embargo, parece que esto escapa de la cabeza de aquellos que son conocedores de la misma Escritura, de los sabios e inteligentes (Mt 11,25). Así se pueden ver los primeros contraste que nos presenta esta perícopa.

Sigue el contraste entre el verso inicial y el final. Los judíos piden a Pilato que quiten los cuerpos y que se los lleven. Esto es, que si piden que se lleven los cuerpos, es porque no quieren verlos colgando de la cruz; esto se opone al planteamiento del discípulo que en el v. 37 dice mirarán, retomando las palabras del profeta Zacarías 12,10.

En el v. 32 se nos presenta a los soldados que se aproximan a los que cuelgan de las cruces para cumplir la petición de los judíos de romper las piernas, sin embargo el v.36 nos presenta nuevamente la palabra del testigo ocular que hace referencia a la Escritura. En esta ocasión como una garantía de que en Jesús no será realizado el deseo de los judíos, pues a él no le romperán las piernas. Nueva contraposición presenta el evangelista, se puede percibir que quienes creen tener el control de la situación, realmente no controlan nada, pues ellos creen que han entregado a Jesús a la muerte, pero, más bien es Jesús mismo que dona su vida, así lo expresa el v. 30 "...y reclinando la cabeza entrego el Espíritu",64 piden que le sean rotas las piernas, pero en Jesús no será cumplida su petición. Ni siquiera con el Jesús que vieron los soldados "que ya había muerto" tienen los judíos, detentadores del poder, el dominio. La Escritura sigue avalando a Jesús.

El v. 33 nos pone junto a los soldados para que también nos percatemos de la muerte, este versículo nos remite al v.35, el enlace entre ambos lo notamos en el mismo verbo utilizado (horao=ver), una vez por los soldados y la otra vez por el evangelista. "Y el que lo vio" no sólo es el testimonio de sangre y agua que brotan, es además testimonio de la certeza de la muerte de Jesús, como también pudieron comprobar los soldados. Esto testifica el discípulo que está delante. Así pone este discípulo a la comunidad ante la certeza de Jesús traspasado, muerto. Este Crucificado es el que desde la misma muerte sigue vertiendo sangre y agua (v.34) y vida, el que entrega el Espíritu (v.30). La donación infinita. Un amor que traspasa la muerte como la lanza el costado. Porque fuerte es el amor como la muerte (Cant 8,6).

Nos presenta el evangelista lo que para él tiene relevancia muy especial, su comunicación, su gozo. Su creer está radicado en el ver que desde el Costado Traspasado del v.34 está la centralidad de lo que quiere que la comunidad también saboree. Los signos de vida de la comunidad están ahí presentes con la efusión de la sangre y del agua.65

 

 

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SIGLAS Y ABREVIACIONES

 

AssSei = Assemblées du Seigneur

cap = capítulo

caps = capítulo

Cfr = confrontar

CivCatt = Civiltà Cattolica

CTom = Ciencia Tomista

NT = Nuevo Testamento

RevTeoBibl = Revista de Teología Bíblica

RivBib = Rivista Biblica

ST = Sal Terrae

ScrVict = Scriptorium Victoriense

ss = siguientes

TN = Tierra Nueva

Theol = Theologica

v. = versículo

vv. = versículos

 

 

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MÍNIMA BIBLIOGRAFÍA PARA PROFUNDIZAR

 

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WENGST, K., Interpretación del Evangelio de Juan, Salamanca 1988.

WIKENHAUSER, A., L’Evangelo secondo Giovanni IV, Brescia 1966.

 

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Notas

 

1 El material que tienen en sus manos fue, en un primer momento, la disertación de tesina para la Universidad Pontificia Gregoriana PUG; aquí por cuestiones lógicas hemos recortado de aquella para elaborar unas páginas que pudiesen servir de estudio sobre todo para nuestros LM. Pensando en el cincuentenario, me he apresurado un poco para que este material pueda estar en sus manos. Es una pequeña colaboración, que ponemos con agrado en las manos de cada uno de ustedes. Agradezco al P. José Félix Núñez Lorea que en su momento, cuando se preparaba la tesina nombrada, puso sus ojos agudos y críticos para que la relación de la misma quedase lo mejor posible.

 

2 Según R.E. BROWN, El Evangelio, 1176-1177: "El Sanedrín (todo o en parte) que tuvo que ver con Jesús hubiera sido la más singular de todas las corporaciones religiosas de la historia si no hubiera incluido una mezcla de políticos eclesiásticos, hombres justos de celo ardiente y piadosos varones llenos de misericordia y sentimientos ecuánimes. Al poner a Jesús en manos de las autoridades romanas con la recomendación de que fuera juzgado como un revolucionario potencial con aspiraciones monárquicas, algunos actuarían sin duda por egoísmo y sin muchos escrúpulos de conciencia, con vista a proteger sus intereses creados. Otros actuarían por razones políticas, pero habrían decidido mucho tiempo atrás que sus propios intereses coincidían con el mayor bien temporal y espiritual de la nación. No faltarían tampoco quienes lamentaran la intervención romana y actuaran únicamente movidos por una ira santa contra alguien que se había alzado contra el templo de Dios, y que se comportaba y hablaba de manera contraria a las sagradas costumbres sancionadas por la religión..."

 

3 X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 20.

 

4 Esto es el crurifragium romano, el cual se realizaba con una maza, martillo o barra de hierro para romper las piernas de los castigados, además de que en algunas ocasiones se le rompían otros huesos. Este podía ser aplicado como pena máxima impuesta a una persona; en el caso de los que eran crucificados, se entendía como una acción de compasión con ellos, pues de este modo se le acortaba el sufrimiento y la vergüenza, al acelerarse la muerte de los mismos debido a la hemorragia que tales roturas producían.

 

5 Se hace mención de esta fiesta de la preparación (parasceve) también en 18,28; 19,13.31.42. Es importante recordar, por ejemplo, que en el capítulo 7 de Juan, aparece la mención de la fiesta de las Tiendas. Interesante porque se hace memoria de la actuación de Dios con su pueblo, y es en este contexto que Jesús se presenta como el agua viva (7,37ss "El último día de la fiesta, el más solemne..."). Varias veces se menciona en el mismo capítulo lo de la fiesta (vv. 2.8.10.11.14.37) esto, de por sí, indica la importancia de la fiesta. Todo está envuelto en una naturaleza cultual-litúrgica. La fiesta de las Tiendas se efectúa entre septiembre y octubre. Era una fiesta agrícola, de la recolección del olivo y de la uva, agradecimiento por la recolección, eran fiesta que seguían el ciclo de la naturaleza (Ex 23,16; Dt 16,13). Después de recoger el fruto, después de pisar las uvas, el pueblo entero agradecía a Dios con ritos solemnes, con celebraciones litúrgicas. Lo que en principio era una fiesta agrícola va evolucionando hasta hacerse una fiesta que hace memoria-vivencia de la historia de Israel, así se fue relacionando con el proceso de liberación, del Éxodo, de la salida de la casa de la esclavitud. En memoria de la historia de liberación, en memoria del paso del mar, memoria de las tiendas en que el pueblo de Israel hubo de habitar en el período de los cuarenta años trashumando por el desierto. Para no olvidar esta historia, para que la memoria siga viva y latente, el pueblo construía tiendas y habitaban en ellas por una semana... es la memoria-actualización de la propia historia del pueblo, historia de la salvación. La fiesta además de memoria del pasado mira hacia el futuro que se ha de lograr cuando sea Dios el que reine en todos los pueblos.

 

6 La condena de Jesús se da en la víspera de la Pascua (19,14), se piensa que la fiesta que es celebrada el 15 de Nisán en ese año de la condena a muerte de Jesús coincidía con el séptimo día de la semana. De este modo el carácter de solemnidad que da el evangelista es mayor.

 

7 "Aquel año, el día siguiente, el de la Pascua, coincidía que era sábado. Quizás por eso lo consideraron solemne", R. FABRIS, Giovanni, 984-985. "Lo de quebrar las piernas, en este caso, sólo tenía la intención de acelerar la muerte para así poder retirar los cuerpos. Incluso es comprensible que los soldados quiebren las piernas a los otros dos y a Jesús no, al darse cuenta de que ya estaba muerto. Sólo que, al añadir en la conclusión de la perícopa que estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: "no le quebrarán ni un hueso", hay que pensar forzosamente en algún sentido especial y que no es otro que presentar una vez más a Jesús como el verdadero cordero pascual de la Antigua Alianza.". También en este sentido E. GALLEGO, "La pasión: Perspectiva de Juan", 156.

 

8 Prescindimos aquí si estos dos que fueron crucificados con Jesús eran malhechores (Mt 27,38.44; Mc 15,27.32; Lc 23,33).

 

9 Esta exaltación de Jesús introduce en la humanidad una especie de ruptura, por una parte están los incrédulos, asociados al destino del mundo hostil a Dios, de la otra parte los que pertenecen al Cristo glorificado, estos son atraídos por él... La misma expresión de "ser exaltado" en Juan tiene un doble significado, así la palabra "atraeré hacía mí" significa por una parte que Jesús pone los suyos, por los cuales ha superado la muerte, en su gloria celeste, pero también indica que él atrae los suyos detrás de sí y con la cruz, así quedan sus seguidores expuesto al odio y a la persecución tal como hacen con él, ver A. WINKENHAUSER, L’Evangelo, 324.

 

10 Cfr. X. LÉON-DUFOUR, Lectura del, 99. También nos agrega este autor: "La muerte de Jesús parecía ser la demostración más palpable del fracaso de sus pretensiones mesiánicas; pero a la luz de la Pascua, la fe de la Iglesia naciente reconoció en ella el cumplimiento de las Escrituras. La validez de la interpretación cristiana se expresa en Jn en la toma de posición de Pilato, un pagano, y a partir, no ya de las profecías que anunciaban el sufrimiento de Siervo, sino sobre todo de la alusión al Rey", 100.

 

11 K. WENGST, Interpretación, 116: "El género de exposición que presenta a Jesús como dueño de su destino no supone ningún cuestionamiento del hecho de su humanidad. Esto se comprueba especialmente en lo que dice el cuarto evangelista sobre la muerte de Jesús y en la interpretación que hace de ella. También él afirma la unicidad de esta muerte, en el doble sentido de que es un determinado hecho histórico y de que posee una significación singular, puesto que realizó la salvación una vez por todas".

 

12 W. KASPER, Jesús el Cristo, 147: "...Su mensaje incluye la ruptura radical con el eón presente, lo que incluye la aceptación de la muerte en cuanto última consecuencia. En este sentido la muerte de Jesús en la cruz no es solamente la última consecuencia de su valiente actuación, sino resumen y suma de su mensaje. La muerte de Jesús en la cruz es la suprema concretización de lo único que le interesó: la venida del reino escatológico de Dios. Esta muerte es la figura de la realización del reino de Dios por medio de la impotencia humana, de la riqueza mediante la pobreza, del amor en medio del abandono, de la plenitud en el vacío, de la vida a través de la muerte".

 

13 X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 140.

 

14 Así por ejemplo piensa R.E. BROWN, El evangelio, 1344. A. GARCÍA-MORENO, El evangelio, 419: "Bultmann estima que es un recurso literario para poner lo más importante en último término. Wescott y Lagrange, por su parte, opinan que había varios soldados que, en dos grupos, empiezan por los extremos y se juntan en el centro. Pensamos que una solución no excluye la otra, aunque nos parece mejor pensar que lo que se intenta es destacar, una vez más (...), la centralidad de Cristo en el escenario de su muerte".

 

15 F. RAURELL, "El costado abierto", 91: "...el evangelista descubre un plan de Dios en el hecho de que a Jesús no le fueran quebrantadas las piernas. Se trata de una reflexión personal del evangelista, que descubre el dinamismo del A.T. a la luz de los nuevos acontecimientos...".

 

16 Como diría J. L. GUERRA en su poema-canción testimonio, "Que me disculpe el poeta, pero toda la poesía, la encuentro sobre un madero y me verso con tus rodillas que riman".

 

17 D. MUÑOZ-LEÓN, "Al instante salió", 344: "El evangelista ve en el Levantado-Traspasado al cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La muerte de Cristo es, pues, un sacrificio expiatorio, puesto que así era concebido, en tiempo del evangelista, el sacrificio del Cordero Pascual. La idea del Cordero de Dios, probablemente en la mente del evangelista, está ligada a la doble acción redentora: la liberación y la comunión o constitución de un nuevo pueblo (...)."

 

18 "En efecto a partir del mediodía comenzaba en el templo el sacrificio de los corderos destinado a la cena ritual de la noche. Practicado en su origen en cada familia, este sacrificio tenía que hacerse al atardecer (Ex 12,6); en tiempo de Jesús, estaba confiado a los sacerdotes y, debido al número de animales, empezaba a ejecutarse cuando el sol comenzaba su ocaso tras haber alcanzado el cenit...", X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 91. También H. BUSSCHE, Giovanni, 593-596.

 

19 F. RAURELL, "El costado", 92. Puede ser, dice Raurell que el sentido primordial de la palabra del Bautista fuese la del "Siervo de Dios" isaiana; pero el Evangelista y la comunidad con él lo entendieron en el sentido de cordero inmolado, que con su sangre expía los pecados... a favor de esta interpretación cita el Sl 33 (34) 21, que quizás el evangelista tenía presente, cf. 92-93.

 

20 R.E. BROWN, El Evangelio, 1360. Interesante los argumentos de los distintos estudios que se han realizado y que sintetiza muy bien Brown. De todos modos hemos de tener presente que el evangelista no está de ningún modo dándonos prueba científica, eso es más parte de nuestra mentalidad moderna. Sí quiere presentar un hecho, su ver. Es lo que luego insistirá en afirmar en el v. 35 que más adelante será estudiado.

 

21 Las distintas traducciones que se le han dado a este verbo, traen consigo exégesis diversas. Así S. Agustín, por ejemplo, al traducir el verbo como abrir, reflexiona que esto es así porque de este modo se abría la puerta de donde brotaron los sacramentos de la Iglesia y de entrada a la nueva vida. O por otro lado se ha pensado que es una referencia al Gn 2,2122, es decir la creación de Eva desde el costado abierto de Adán que yace dormido. Con ello se quiere hablar de una nueva creación que nace del Nuevo Adán, Cristo.

 

22 Cfr. Hch 12, 7 "Y en esto un ángel del Señor apareció, y una luz resplandeció en el calabozo: golpeó a Pedro en el costado, y le despertó diciendo..."

 

23 Cfr. D. MUÑOZ-LEÓN, "Al instante", 307.

 

24 Prescindimos aquí de tratar de describir la medida que pudo tener, sólo nos interesa ver que el evangelista no pierde detalles. Así en este evento en que Tomás mete la mano en el costado, vuelve a reseñarse implícitamente lo ya ocurrido con la lanza en el Calvario. Además de que el evangelista quiere presentar una vez ocurrida la resurrección, que es el mismo Jesús crucificado el que se presenta. Resucitado, sí, pero con los signos de la pasión. No entramos tampoco en la discusión si esta parte y aquella pertenecen a redactores diversos. No es nuestro objeto. Se puede ver a H. STRATHAMANN, Il Vangelo, 416.

 

25 No deja de ser peculiar que se aplique a Jesús esta herida... queda la pregunta, el por qué si ya lo percibían muerto. El evangelista sigue ‘moldeando" la escena. Sin quitar historicidad al hecho.

 

26 S. VIDAL, Los escritos, 273.

 

27 La muerte de Jesús también fue vista a la luz del cuarto cántico de Is 53,1-12: "No tenía atractivo ni belleza..., despreciado ya abandonado de los hombres, varón de dolores... Mas ciertamente llevó nuestra enfermedad y cargó con nuestros dolores... Fue traspasado por nuestros pecados, molido por nuestras maldades; cargó el castigo sobre él para paz nuestra, habiendo sido curado nosotros por sus heridas... Ofreció su vida como sacrificio por el pecado... Porque se entregó a la muerte contándosele entre los malhechores..."

 

28 D. MUÑOZ-LEÓN, "Al instante...", 346.

 

29 "El hisopo con que se ofrece el vinagre a Jesús (19,29) alude a Ex 12,21ss; el hisopo se usó en Egipto para rociar las puertas con la sangre del cordero que libró los israelitas de la muerte; ahora recoge la sangre del Cordero de Dios que da al hombre vida definitiva (19,30: el Espíritu) librándolo de la muerte perdición.", J. MATEOS – J. BARRETO, Vocabulario teológico del evangelio de Juan, Madrid 1980, 269.

 

30 "La sangre que sale del costado de Jesús figura su muerte, que él acepta para salvar la humanidad (cf.18,11). Es la expresión de su gloria, su amor hasta el extremo (1,14;13,1), el del pastor que se entrega de por las ovejas (10,11), del amigo que da la vida por sus amigos (15,13). Esta prueba máxima de amor, que no se detiene ante la muerte, es objeto de contemplación para la comunidad de Jn (1,14: hemos contemplado su gloria)", J. MATEOS - J. BARRETO, El Evangelio, 828.

 

31 E. GALLEGO, "La pasión: Perspectiva de Juan", RevTeoBib 74 (1999) 317.

 

32 También dirá que es la hora sexta en 19,14 cuando Juan deja entrever que la hora en que se entrega a Jesús coincide con el sacrificio del cordero pascual en el templo. Jesús cuando se aproxima a la samaritana está cansado del viaje y es la hora del calor, por ello la sed. Igualmente en la pasión, en el momento supremo de su cansancio y crucificado dice "tengo sed".

 

33 Otros textos en referencia al agua: Agua que mana de la roca: Ex 17,1ss; Is 48,21; Sl 78,15-16; 104,41; Nm 20,11; las aguas escatológicas: Ez 47,1-11; Zac 13,1; 14,8, Jl 3,1; agua y Espíritu Is 41,8; 44,3; 55,1; 58,22; Ez 36,25; agua como el mismo Dios: Sl 63,2; Jr 2,13... Estos entre otros presenta J.A. BADIOLA SÁENZ DE UGARTE, "Tipología pascual", 12, en su nota 19.

 

34 Dirá F. RAURELL, "El costado...", 95: "Pero el inicio de esta nueva economía divina, el establecimiento del definitivo orden mesiánico no tendrá lugar hasta el momento en que Jesús sea ‘glorificado’. Hasta que no se haya manifestado todo el poder salvador con que el Padre ha revestido a Jesús, no habrá Espíritu para los hombres porque no se habrán abierto todavía las fuentes del agua viva que saldrán del seno de Jesús. Estas fuentes se abrirán cuando Jesús sea traspasado por la lanza y de su costado salgan ‘sangre y agua’. Solamente entonces, y ya junto al Padre (16, 7.14), enviará al Espíritu Santo para inaugurar la nueva economía y asegurarla a través de los siglos (14,16.26; 15,26)".

 

35 "Quien lee las palabras de Jesús sin haber aún leído el episodio del Calvario, no puede ni siquiera sospechar que la efusión del Espíritu, la comunicación de los bienes mesiánicos prometidos a los hombres, deba brotar de un corazón de un hombre, más bien de una víctima inocente", M. COSTA, "Simbolismo battesimale in Giov 7,37-39; 19,31-37; 3,5", RivBib 13 (1965) 367.

 

36 J. MATEOS – J. BARRETO, Vocabulario, 125-126.

 

37 R.E. BROWN, El evangelio, 1365.

 

38 Esta donación del Espíritu por parte de Jesús se ve más claramente después de la Resurrección cuando lo infunde sobre los discípulos (20,22). En nuestro texto ya se expresa, con antelación, esta donación.

 

39 Es el Espíritu que lleva a la Verdad plena, es decir que llevará al mismo Jesús, pues el Espíritu no inventa nada, sino que toma la verdad que es Jesús y la anuncia. Así el agua que Jesús da, la que brota de su seno es la que está en conexión con el Espíritu. El Espíritu pone en conexión a la persona, a la comunidad, a la Iglesia con la Verdad plena que es Jesús.

 

40 Nos dice J. O. TUÑÍ-VANCELLS, El testimonio, 92: "Las indicaciones que hablan de la muerte como exaltación, glorificación y paso al Padre son, pues, la clave de lectura de la muerte de Jesús: por eso, en este evangelio, la muerte de Jesús es al mismo tiempo lo que llamamos resurrección. La muerte de Jesús vista en profundidad es la exaltación, el paso al Padre..."

 

41La sangre aparece asociada al sarx cuando Jesús habla del pan de Vida (6,51.53.54.55.56, por ello algunos relacionan que la sangre que sale del costado tiene que ver con la eucaristía...) y el agua que va en conexión con el rito del bautismo o la purificación (1,26.31.33; 3,23; 13,5) con el Espíritu (3,5) y la vida eterna (4,13.14). Se puede ver más ampliamente a R. FABRIS, Giovanni, 987.

 

42 "Algunos manuscritos latinos omiten este versículo, pero no puede dudarse seriamente de su autenticidad (...). El versículo es una observación a modo de paréntesis, probablemente redaccional, pero absolutamente joánico", R.E. BROWN, El evangelio, 1346. O como afirma D. MUÑOZ-LEÓN, "Al instante salió", 341: "Es cierto que el v. 35 podría suprimirse sin merma del relato en sí. Pero no es menos cierto que con esa supresión el conjunto del texto perdería la fuerza que actualmente tiene; es decir, el testimonio de un testigo ocular o de un intérprete autorizado. ¿Es que no importa el detalle? Ni se puede decir que con ese verso se interrumpe la secuencia del relato-interpretación escriturística, puesto que la actual secuencia (relato, testimonio confirmativo, testimonio escriturístico) es no solamente aceptable, sino de acuerdo con otros lugares y técnica de expresión del evangelista (suceso, referencia a los discípulos, interpretación escriturística: cfr. 2,12,21)".

 

43 Una nota del Nuevo Testamento de José M. Valverde y L. Alonso Schökel dice : "Esta frase parece adición de un grupo de discípulos, al copiar y transmitir". En nota de Léon-Dufour encontramos: "Después de R. Ruckstuhl y D. Daube, M. J. J. Menken, en Mél. Neirynck III, 2108s, ha refutado claramente la atribución que algunos defendían, de 19,35 al redactor de 21,24. Al revés, es el autor de 21,24 el que retomó 19,35. Este versículo es una anotación ‘parenética’, típica de Jn, con palabras características de su vocabulario (alethés, martyrein, martyría, ekeinos, hína)", X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 136, nota 104. En este mismo sentido también S. TALAVERO-TOVAR, Pasión y resurrección,126-127.

 

44 Lo más probable es que este ‘él evkei/noj se trate del mismo testigo ocular. Otras interpretaciones piensan que el evkei/noj hace referencia a Jesucristo, en cuanto que es Jesús el que sabe que el testigo está diciendo la verdad sobre lo acontecido; otros, que se trata de Dios, es Dios el conocedor de la verdad que dice el testigo. Más detallado encontramos en R.E. BROWN, El evangelio, 1346-1347.

 

45 "Toda la vida de Jesús está acompañada por una serie de testimonios sobre su obrar: el testimonio del Padre (5,37; 8,18), el de la multitud (12,17) y el de sus mismas obras (5,36; 10,25)...", F. RAURELL, "El costado...", 96.

 

46 El verbo tiene una primera significación, esta sería la del simple ver físico, palpable con los sentidos, lo corporal, pero luego el verbo asume el significado y la fuerza simbólica, típica de Juan, y pasa más allá de la simple visión con los ojos del cuerpo para convertirse en ‘la visión de la fe’, esto equivale al creer. Quienes ‘ven’ son los que creen.

 

47 Así dice Jean Galot refiriéndose a la resurrección de Jesús, pero bien puede ser aplicado al mismo contexto de 19,35, es decir que ha visto, y cree o bien para que crean en lo que ha sido visto. J. GALOT, "Vedere e credere", 249ss.

 

48 Para ampliar se puede ver a R.E. BROWN, El evangelio, 1367. Afirma Brown en esta misma línea "Si estamos en lo cierto al afirmar que sangre y agua simbolizan prolépticamente la efusión del Espíritu por Jesús muerto y glorificado, resultará que es el Espíritu el que hace posible a la vez que el discípulo amado dé testimonio y que quienes escuchan, crean".

 

49 Tomamos un párrafo de la nota 14 que nos presenta A. WIKENHAUSER, L’Evangelo secondo Giovanni, 255, dice: "...Además de realidad divina, la verdad es también una fuerza activa. Ella libera de la esclavitud del pecado (8,32.34, por ella los creyentes son santificados (17,17.19), del mismo modo que son cuidados en el nombre de Dios (17,11). Sólo aquellos que son de la parte de la verdad, escuchan el anuncio de la revelación divina, esto es que creen en ésta. Ser de la parte de la verdad, es lo mismo que ser de Dios (8,47) y equivale a pertenecer a la esfera sobrenatural de lo divino y ser guiado (por lo divino). ..."

 

50 Incluso si se interpretase el evkei/noj (el)en referencia a Jesús o a Dios mismo, quedaría garantizado el testimonio de dos testigos, Jesús y el discípulo o Dios y el discípulo (2Cor 11,31). No obstante ya se ha señalado que la interpretación más obvia es aquella en que evkei/noj se refiere a la misma persona que da el testimonio.

 

51 Cfr. H. BUSSCHE, Giovanni,624. Interesante la presentación que hace R. Schnackenburg en torno a la relación de diversos textos comparativos con 19,35, sobre todo el 21,24 que lo considera homogéneos; R. SCHNAKENBURG, Il Vangelo, 472-474.

 

52 "Los discípulos dieron su adhesión a Jesús respondiendo a la primera manifestación de la gloria (2,11: vino = Espíritu/amor), pero esa fe no es completa hasta que no descubran todo el alcance de ese amor, es decir, toda la realidad de Jesús (11,15.40; cf.1,50). Por eso Jesús considera insuficiente la fe de sus discípulos ante de su muerte y resurrección (16,21s): no habiendo conocido aún su amor, que llega a dar su vida por ellos (15,13), no pueden ver sus efectos, comprometerse a ese amor extremo ni tomarlo por norma; es más, la entrega de Jesús será escándalo para ellos (16,32). Sólo la experiencia de su amor total será el fundamento de la fe plena (19,35)", J. MATEOS – J. BARRETO, Vocabulario, 110.

 

53 Para un análisis más detallado respecto al verbo cfr. F. CONESA, "¿Qué significa creer?, 113-143.

 

54 Cfr. G. ARANDA-PÉREZ, "La verdad revelada", 146.149. Un análisis más detallado sobre el uso del verbo creer nos presenta este autor al presentarlo yuxtapuesto a otros verbos o partículas, de él se desprende un sentido más profundo. Pueden ser verse las páginas 146-154.

 

55 "Poema de un siervo de Dios paciente y glorificado... Un inocente que debe sufrir (contra la doctrina de la retribución), mientras son respetados unos culpables (escándalo de algunos salmos); un humillado que triunfa (esto es menos extraño...), un muerto que vive...", L. ALONSO-SCHÖKEL, – J.L. SICRE-DÍAZ, Profetas, 328-329. Seguimos a R. E. BROWN, El Evangelio, 1369: "Jesús es el inocente sometido al dolor que carga sobre sí los pecados de los demás; es llevado como un cordero ante el que le degüella (Is 53,7), pero Dios no consiente que sean quebrantados sus huesos y de ese modo le asegura la resurrección".

 

56 "...Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla" así dice Nm 21,8 pero es interesante observar que no es la serpiente en sí la que cura, no es la mirada la que provoca sanación, sino el que el pueblo haya creído en las palabras dichas a Moisés, es decir, que el mismo pueblo que estaba extenuado por las largas jornadas de camino y hablaron contra Dios y contra Moisés (21,4-5), ahora vuelve a creer en la palabra, y se muestran más confiados a pesar de que hay desgracias en el camino, la fe en la palabra que les dirige Moisés, y palabra que viene de Dios, es la que causa la recomposición del pueblo, vuelven a tener fe en el camino, hay curación-sanación entre ellos. Es lo que luego afirmará el libro de la Sabiduría al decir: "en efecto, el que se volvía hacia él se sanaba, no en virtud de lo que veía, sino gracias a ti, Salvador de todos" (16,7-8).

 

57 X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 143. La segunda parte del libro de Zacarías (9-14) es bastante usada por los evangelios en el contexto de la pasión, ver Lectura, 144.

 

58 R.E. BROWN, El Evangelio,1371.

 

59 X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 145.

 

60 Transcribimos lo que expresa I. de la POTTERIE, "Volgeranno", 108: "Del paso paralelo de Jn 6,44-45, sobre la necesidad de la atracción del Padre para poder venir a Jesús, se ve que ‘ser atraído’ significa: escuchar al Padre y dejarse instruir de él, que es la actitud fundamental de la nueva alianza (cfr Is 54,13; Jr 31,33-34). Así también la expresión ‘ser atraído’ de Jesús en la cruz indica la perfecta disponibilidad y apertura del hombre hacia aquello que Jesús revela en la cruz, describe, esto es, el movimiento de la fe a él. Jesús atrae hacia sí revelándose a sí mismo; el hombre se deja atraer hacia Jesús, acogiendo su verdad".

 

61 I. de la POTTERIE, "Volgeranno", 116.

 

62 "La tradición recogió este pasaje para invitar a los creyentes a entrar cada vez más profundamente en el costado abierto del Crucificado, para reconocer allí el amor infinito de Dios", X. LÉON-DUFOUR, Lectura, 146.

 

63 Canto de la comunidad de Fátima, el Egido, Santiago, Rep.Dom.

 

64 Jesús no muere meramente porque sí , sino que su muerte es también donación, no le arrebatan la vida, él la entrega, como dice una vieja canción : "es que no hay mayor amor que dar la vida, que dar la vida por amor". En esta entrega queda totalmente radicalizado el sentido de su itinerario vital, queda expresado el horizonte que aguarda a quienes como él se lanzan en el proyecto de transformación y denuncia del sistema que acorrala; implica a la vez anuncio de cosas nuevas por venir. En este proyecto, en el caminar, quienes matan no arrebatan la vida con su muerte, sino, muy por el contrario, que la vida se siembra en donación completa. Ya lo dijo el poeta "aquellos que un día derramaron tus semillas de sangre no sabían que así, echaban las semillas en el aire que a la vista del pueblo habrían de surgir" (A. Cabán Vale). En Jesús no se da una muerte definitiva, más bien se da una donación de la vida con la entrega de su Espíritu a la humanidad, apertura del Dios con nosotros, vaciamiento hasta en el momento del dolor y la agriedad del vinagre.

 

65 Seguimos el comentario de J. MATEOS – J. BARRETO, El evangelio, 826: "El tema es la transfixión del costado, del que manan sangre y agua. Se reproduce en este pasaje una acumulación simbólica. La sangre figura la muerte, expresión del amor hasta el extremo; el agua, la vida (Espíritu) que deriva de ella: son el amor demostrado y el amor comunicado. Dentro del tema pascual representan la sangre del Cordero que libera de la muerte y la fuente de agua que purifica... Este amor (sangre) que salva dando la vida definitiva (agua-Espíritu) es la suprema manifestación de la gloria, la plenitud de amor leal del Padre en Jesús. Es la señal levantada de donde brota la salvación. El testimonio solemne que da el evangelista de lo que ha visto muestra la importancia que le atribuye: Esta visión es el fundamento de la fe".