ITINERARIO
HACIA EL FONDO DE LA MISERICORDIA 0. CARTA A LOS MAS AMIGOS "Estimado
amigo: Al fin te mando lo que me pediste, el itinerario vivido durante
estos Va
en forma de Carta como un instrumento de evaluación colectiva.
Se ha reflexionado en común, excepto las últimas páginas,
aunque te aseguro que resumen nuestras vivencias de los últimos meses. Todo traducido del catalán al castellano, lo que puede restarle un poco de espontaneidad. Al principio pensábamos enviar dos relatos, éste de "Engrunes" y otro de Damián en el barrio de Nazaret (Valencia). Damián ha hecho suyo el nuestro y aportado sus reflexiones. Así que pástalo como quieras. A mí me parece que puede ser un aporte más o menos válido en nuestro mundo europeo; difícilmente se comprenderá en el vuestro, latinoamericano. Pero ahí lo tienes... Relacionar todo esto con la doctrina del Traspasado es algo que supera nuestras fuerzas. Los lectores dirán
si está en la línea o no del Corazón de Jesús…
Román".
ITINERARIO
Queridos
amigos de Engrunes: Durante unas semanas habéis dedicado las reuniones
de Todos
nos planteamos las mismas preguntas: ¿Dónde estábamos cuando empezó
Engrunes? ¿Dónde estamos ahora? ¿A dónde creemos que podríamos
llegar?
1.
YO
BAJE DESDE EL PODER
Sabéis
que yo soy creyente en Jesús y que
creo que el Evangelio ha de ser el punto de Jesús
me hizo entender que Dios está siempre de parte de aquéllos más
llagados y sufridos... Pero
me costaba descubrir en la práctica este modo de obrar divino.
Yo pensaba: ¿Cómo puede ser que Dios esté de parte de los
pobres y de los heridos por la vida, si cada día descubro un número
mayor de gente malherida? ¿Qué pasa? ¿Es un sueño mi fe, una ilusión?
Fue una crisis muy fuerte... Yo
residía desde 1973 con Joan Meliá en la Parroquia de San Mateo de
Esplugues de Llobregat, que el Cardenal de Barcelona nos acababa de
confiar. Una parroquia de reciente creación, que empezó su andadura
con nosotros dos y el pueblo, en la periferia de Barcelona.
Teníamos las primeras reuniones en un Colegio que prestaba sus
aulas. Y con motivo de los encuentros de padres de niños de primera
comunión, surgió un grupo de reflexión que buscaba la coherencia
entre la vida y la fe. Por más de 13 años nos reunimos los martes de cada semana.
A medida que transcurría el tiempo, se nos hacía más evidente
que no encontraríamos la coherencia buscada, si nuestra vida no pasaba
por un compromiso con los hombres en situación de miseria y
pobreza. Le dimos muchas vueltas, preguntándonos si el compromiso
había de ser individual o colectivo... Todas las propuestas excedían
nuestras posibilidades. Por
fin, un misionero nos dio una pista con su testimonio: Podíamos hacer
de traperos, y Así
nació el Colectivo de ENGRUNES en 1982. "Engrunes" es una palabra catalana que Todo
lo que se podía aprovechar como materia prima o cosas de segunda mano.
No lo concebimos como una obra asistencial más. Nuestro motivo
serio y profundo no era ayudar a quienes pudieran necesitarnos, sino
aprender a hacer camino con
otras personas que -precisamente por su situación de llagadas y
malheridas- nos ayudarían a conocer mejor al Señor, y a vivir nuestra
fe. Lo
cuento como comenzó. Y
ahora voy a explicaros los pasos que di en este Itinerario hasta el día
de hoy, y que todavía no sé a dónde me llevarán...
2.
LA MANIPULACIÓN COMO CUALIDAD
En
Cornellá primero y después en Espluques, inicié una cierta
convivencia con vosotros. A muchos os había conocido en el Hospital. Os
confieso que en el primer momento quedé profundamente desconcertado.
Os encontraba egoístas, ibais siempre a lo vuestro; tercos y sobre
todo desconfiados; a veces, incluso agresivos... La desconfianza era
una constante. Tenía la
sensación de que siempre desconfiabais de mí y de Engrunes, en una
actitud como de quien piensa: "¿Por qué lado me van a joder?" Mi
deseo de formar comunidad con personas que caminaran juntas, ¿era un
sueño imposible? Me reuní
con otros que dicen ser entendidos en la materia (asistentes sociales,
sicólogos, etc.), y mi desconcierto aumentó. Todos me dijeron que era necesaria la profesionalización, que no
bastaba la buena voluntad. Yo
replicaba: "Pero es que Engrunes no quiere ser un grupo de
rehabilitación; por lo menos éste no es su objetivo principal..."
Simplemente quería hacer camino con vosotros, mientras quisierais,
rehabilitados o no...
¿Hay que ser profesional para esto? Estos
mismos profesionales me avisaron: "Cuidado, no te dejes manipular…
Esta gente tiene una habilidad innata para manipularle... No te dejes
pillar o estás perdido". "
¡Pues sí que la he hecho buena!", pensaba yo.
Todavía me lo ponéis más difícil... Y la verdad es que yo me
sentía manipulado. Me
explicabais historias, por ejemplo, que llegaban al corazón; problemas
gordos contados con medias verdades y medias mentiras.
Me exponíais necesidades: el alquiler del piso, recibos de la
luz o del agua, etc. "Dame
dinero para hacerle un regalo a mi mujer, ya te lo devolveré".
Ni hacíais el regalo ni devolvíais el dinero. Teníais que ir al médico, y no se iba. Quizás ya habéis olvidado estas historietas, pero por aquel
entonces a mí me tenían muy desconcertado... ¿Cuál era mi reacción? Echaba mano de los recursos aprendidos en mi camino anterior: Comprensión, paciencia, "hacerme el sueco", dejarme engañar, perdonar, volver a empezar, esperar una oportunidad para aclarar los malentendidos, para haceros comprender que en el engaño los más perjudicados érais vosotros mismos... Todo lo probé: Callar, hacerme el listo, echaros una bronca... Ningún resultado. La distancia entre nosotros aumentaba. Tuve momentos de fuerte agresividad. Llegué a pensar que podía iniciar un camino de rebelión... Me decía a mí mismo: "Esta gente no entiende mi lenguaje"... (Y yo creía que era estima por vosotros). "¿Cómo es posible que no entiendan que les quiero sinceramente?"' (Sufrí mucho). Tanto
tiempo deseando encontrar un camino que me acercase a vosotros, y ahora
que os tenía a mi lado, estaba perdido. Resistía leyendo el Evangelio y comentándolo con los compañeros
con quienes habíamos iniciado "Engrunes", y con los que se
nos unieron más tarde... Nos preguntábamos: "¿Por qué sucede
esto?... ¿Es que el Evangelio no dice la verdad cuando habla de
vosotros, o soy yo que he de cambiar para leerlo de manera
distinta?" Poco
a poco comprendí que por educación familiar, por el camino recorrido
antes de trabajar manualmente, yo había crecido en una moral del bien y
del mal. Me habían enseñado
lo que es verdad o mentira, lo justo o injusto, lo bueno o malo... ¿No
será que estos puntos de vista me han marcado tanto que a todos juzgué
según mis esquemas morales como gente mentirosa y
manipuladora? Aquí encontré la causa de nuestro distanciamiento. Una de las primeras lecciones que vosotros me enseñasteis es yo me tenía por bueno y vosotros por malos, yo el poseedor de la verdad y vosotros los mentirosos... No
era extraño que no comprendierais mi lenguaje, que resultaba
insultante. Yo estaba engañado pensando que era un lenguaje de amor,
tejido de comprensión, de paciencia, de perdón, de misericordia...
Pero mi corazón estaba todavía muy lejos de vuestra miseria y de
vuestras llagas. Yo había
remarcado las distancias, aunque fuera con buena intención.
No sabía lo que era la misericordia. Ahora
lo veo como si en aquel entonces yo fuera por el mundo perdonándoos la
vida. Pretendía hacer
camino con vosotros antes de cambiar mi corazón y cambiar los criterios
que nos separaban. Ahora
digo que "los entendidos" y yo estábamos equivocados... Vosotros
no sois manipuladores, es decir: mentirosos, aprovechados que buscáis
lo que os interesa mediante el engaño y pinchando los sentimientos
ajenos... No. La llamada "manipulación" no es una categoría
moral que descalifica a los pobres.
Es una cualidad, casi el único recurso que tenéis en algunos
momentos para subsistir. ¿Con qué derecho yo -que no sufro vuestras
necesidades- califico de vicio vuestras mañas para seguir viviendo? Aquí
se produjo el primer cambio entre nosotros.
Al miraros con un corazón distinto, di un paso muy importante
hacia el fondo de la verdadera misericordia. Es
curioso que ya no contáis las historias de antes.
Cuando explicáis alguna, siempre es verdadera.
Yo aprendí a no ser tan perdonavidas, nos hemos hecho más
amigos, se han suavizado las desconfianzas... Antes siempre éramos yo y
los de arriba quienes determinábamos lo que convenía hacer.
Después encontramos un nuevo modo de hacer camino, y
empezamos las reuniones de grupo, que posibilitaron unas decisiones
tomadas entre todos.
3.
LA NEGATIVIDAD, CONDICIÓN HUMANA
Hasta
aquí os he explicado dónde estaba yo situado antes de "Engrunes"
y los primeros pasos decisivos con vosotros.
Pero todavía hay más. A
pesar del cambio, que he intentado explicar, había otro elemento que me
desconcertaba: Vuestra negatividad ante cualquier tipo de propuesta que
yo consideraba buena, que siempre os "cargabais". Proponía
una excursión.. Respuesta: "No interesa".
Celebrar la fiesta de navidad... Respuesta: "No vale la
pena". Amasábamos un
cemento, y alguien saltaba: "Este material es malo, no endurecerá".
Al día siguiente el mismo pesimista andaba sobre el cemento,
pero jamás decía: " ¡Ay!, me equivoqué, el cemento. ha
fraguado..." Os podría aportar una larga lista de casos.
Cuando compramos la "masía" (que es una casona rural),
decíais: "Será para la hermana de Román, no para nosotros...
Cuando hayamos terminado la obra ya verás como se la venden". Esto
también me apenaba. Os
consideraba siempre negativos, lo llamaba "negatividad".
Comprenderéis que yo me sintiera perdido.
A pesar del cambio de óptica, seguía aplicando mi antigua
moral: Trataba de romper vuestra negatividad, en vano. Vosotros
no os dabais cuenta de vuestras contradicciones, y yo me sentía incapaz
de deshacerlas. Entonces
volvía a aplicar los antiguos y sacrosantos remedios: No desanimarme,
actuar como si no pasara nada, mantener la esperanza, ser
misericordioso... Me decía: "Cuando vean que la "masía"
no se vende, comprenderán su equivocación..." A pesar de mi
esfuerzo por disimular, me advertíais nervioso, de mala gaita, y esto
se pega. Vosotros erais muy
sensibles a mi "mala leche"; os hacía daño. Entonces
volví al Evangelio. ¿Por dónde pasa el Reino de Dios en esta realidad
humana? ¿Será por mi culpa? ¿Vuelvo a aplicar mis reglas morales?
Me parecía que sí. Catalogaba todo esto como un mal comportamiento que debía
corregir. Al
fin comprendí que era yo mismo quien había de seguir cambiando; estaba
equivocado. No quiero decir
que sea bueno el que vosotros reaccionéis negativamente, pero tampoco
malo. Si ocurre tan a
menudo, si cuando pasa no os dais cuenta, si sucede en tantos aspectos
de la vida... ¿no será una manifestación de la condición humana? ¿Casi
una necesidad biológica ... ? Os han propinado tantos golpes bajos,
tantas traiciones... Desde muy jóvenes habéis mascado el fracaso...
Algunos me habéis dicho: "Yo he tenido muy mala suerte en la
vida". Para
ser franco, he llegado a creer que vosotros, para salir adelante, teníais
necesidad de comprobar fracasos alrededor. Si no vienen, los imagináis. ¿De verdad creísteis que yo
acabaría vendiendo la "masía" del Colectivo, o que se la
regalaría a mi hermana.? ¿Verdad que no?
Entonces esto indica que no se trata de maldad.
Es una expansión de vuestra condición de vida, como un
movimiento reflejo. Hablaros
así, con la mayor sinceridad en mis palabras, tal vez os ayude a
conocemos mejor. Amigos,
esto no es un reproche ni una acusación.
Intenta ser una explicación de una realidad vivida en "Engrunes".
¡Cuántas veces se ha dejado de pagar el alquiler, teniendo las pelas
... ! ¡Cuántas os habéis esforzado en mejorar la relación familiar,
y por una tontería la volvéis a dañar!
Habéis enfrentado problemas engorrosos por descuidar un trámite
a su tiempo, etc. ¿Se debe a la maldad?
No y no.
Yo lo veo como un talante adquirido, un callo resultante de
tantos fracasos, que os hace pensar que ya no vale la pena... Total, ¡fracaso
más o menos, tanto da! Y,
sin embargo, unida a esta óptica negativista, a esta necesidad de
"cargaros" todas las propuestas... he descubierto en vosotros
una serie de valores, de ansias de vivir, de aspiraciones profundas que
forman parte también de vuestra persona. Nunca
os habéis "cargado" los valores de convivencia, libertad,
dignidad de la persona, estima, justicia... Muy al contrario, sois muy
sensibles a ellos. Cuando
dejé de catalogar la negatividad como mala conducta y
empecé a verla como manifestación de vuestra persona, ya no
necesité más esfuerzos de paciencia, de comprensión, para quereros...
Di otro paso en el itinerario hacia el fondo de la verdadera
misericordia.
4.
LA PERSONA ANTES QUE SU COMPORTAMIENTO
Vuestra
negatividad ya no me pone tan nervioso.
Antes, cuando os "cargabais" algo, nos distanciábamos
siempre... aunque me callase. Si me cabreaba, peor, pues nos hacíamos daño mutuamente.
Mi conducta os confirmaba en que la vida tiene golpes duros.
Pero de un tiempo a esta parte ya no os "cargáis" casi
nada. Y si lo hacéis, queda más en palabras que en "mala
leche" y fracaso. Hemos
dado un paso importante. Ya
no nos fijamos tanto en los comportamientos, juzgamos más a la persona
por lo que es y no por lo que hace o cómo lo hace. ¿Qué
ha pasado? En mi camino
anterior yo había aprendido a disimular los defectos y a representar el
papel de hombre justo. Vuestra
realidad me ha hecho descubrir mi propia negatividad, Quizá yo no me
"cargaba" las cosas tan abiertamente como vosotros, pero
siempre he tenido mucha maña para encontrarle tres pies al gato .
(defectos y peros en las propuestas ajenas ... ) A menudo lo primero que
cuento son las malas noticias, etc. Me
parece que este largo proceso recorrido nos ha ido acercando, aunque mi
carácter favorezca las diferencias.
Mi realidad y vuestra realidad se han encontrado, y descubrimos que el comportamiento no ha de ser el punto de
referencia primero para convivir y caminar juntos. Otra buena lección que he aprendido de vosotros; gracias.
No miente el Evangelio cuando habla de vosotros.
Soy yo quien debo cambiar mi manera de leerlo.
Sin saberlo, me habéis ayudado a cambiar también mi experiencia
de Dios... Permitidme
que ahora exponga algunas cosas que podríamos desear como futuro
inmediato o más lejano, y que resultan del descubrimiento antes dicho. El primero podría ser que, si nuestra relación ya no se basa en el comportamiento sino en el valor de cada persona, entonces esto afecta grandemente a nuestra vida como grupo en "Engrunes". Revolucionaría nuestro Colectivo si fuésemos capaces de comprender que no existe ningún comportamiento -por malo que parezca- sin su porqué, su causa o motivo... ¿No decíamos que la "manipulación" era mala y luego resultó una cualidad de los pobres en su lucha por sobrevivir? Su porqué y su motivo es la supervivencia en un mundo tremendamente competitivo. Derecho que no se puede negar a nadie. Aquí
ocurre lo mismo. ¡Si entre nosotros aprendiésemos a no culparnos!
En vez de tener que perdonarnos, no culpar a nadie.
Esto sí que sería un camino nuevo. No
hay culpas, sino engaños, malentendidos, trampas que nos tendemos (y
son nuestros comportamientos). Si
creásemos un convencimiento colectivo de que nadie es culpable, ¿no
hablaríamos y actuaríamos con más libertad? Pongo
un ejemplo: Cuando uno tiene necesidad de beber.... esto no lo veríamos
como una culpa; buscaríamos su motivo. Si nadie culpa, el que bebe no se sentirá culpable, no deberá
esconderse ni hacer trampas. Culpar,
e incluso disimular con el silencio, es dejar solo al que siente la
sujeción al alcohol; solo con su sufrimiento. Si
alguien tiene un problema con la justicia, hablemos de ello abiertamente
en vez de culparlo. Busquemos
el motivo. Si
otro es remolón en el trabajo, en vez de ofenderlo, discutámoslo
francamente y busquemos la causa. Así
no nos ofenderemos. No
hablar para acusar con el índice.
Hablar para señalar los malentendidos y engaños, como hago yo
ahora con vosotros al confesaros las trampas en que caí. Si
las personas de "Engrunes" no son malas ni taradas... ¿Por qué
tienen que serlo los demás? ¿Por qué tengo que decir que el mundo es
malo, cuando yo soy comprensivo con mis fallos? El mundo no es malo, solo está engañado.
Si el mundo fuese malo de verdad, y además engañado, la vida no
tendría futuro... Si
aceptáis mi propuesta de no culpar a nadie de ahora en adelante,
descubriríamos en "Engrunes" un estilo de vida que ilusiona,
a pesar de las dificultades. Yo
tengo un sueño sobre nuestro Colectivo. Para muchos nosotros somos un grupo que ha encontrado un
trabajo, aprovechando las Migajas (las "Engrunes"), los
desechos de los demás. Pero
sueño con que lleguemos a ser mucho más que eso.
Nosotros que hemos ido a tantas casas a recoger lo que nos dan,
tal vez un día podamos darles algo infinitamente más importante y que
ellos buscan sin encontrar, Vosotros -conmigo o sin mí- un día abriréis
la boca para explicar a las gentes el proceso que hemos seguido, nuestro
itinerario. En una sociedad que engendra paro, marginación y miseria…
yo sueño que vosotros podráis descubrir en "Engrunes" lo que
vale la persona. Que un día
vosotros, malheridos y desheredados, ofrezcáis una alternativa de
esperanza a la sociedad bienestante.
5.
LA PRIMERA PAGINA DEL EVANGELIO
Después
que habéis pasado un mes entero comentando los puntos de mi
Carta-Evaluaci6n, siento la necesidad de añadir dos números más a
partir de vuestros comentarios. El
primero, sobre mis referencias a Dios y al Evangelio.
Os habréis dado cuenta de que nunca intento adoctrinaros en la
religión. No os pregunto
si sois o no cristianos. Pero
yo os manifiesto claramente mi condición de creyente y cura.
Y ciertamente, para evaluarme y explicarme a mí mismo, no he
podido dejar de hacer mención explícita de Jesús y
su Evangelio. No
pretendía saber vuestra opinión sobre este tema, que no se trata en
ningún apartado de la Carta. Pero
reconozco que es el hilo conductor de toda ella, como lo es de mi vida.
Sin preguntaros, me habéis dicho cosas como estas: "Román
nos habla demasiado de Dios".
"Habla mucho de Jesús y
del Evangelio; son sus sentimientos, que queremos respetar".
"Está claro que hay una Iglesia de las pompas y
otra de las personas..." Son
opiniones que me hacen pensar. Después
de tantos años de convivencia, de acompañarnos en el mismo trabajo, de
intentar respetarnos y valorarnos
mutuamente, de descubrir tantos signos y
valores vuestros que para mí coinciden con los del Reino de Dios...
Me pregunto: ¿Cómo he de interpretar vuestros comentarios a mis
expresiones de fe? ¿Qué me decís vosotros acerca de mi Dios y de mi
manera de entender el Evangelio de Jesús? Porque
yo no me resisto a creer que el mensaje de Jesucristo sea solo para mí,
no para vosotros. Vuestra
reflexión sobre mi Carta me lleva a sospechar que si lo que vivimos
juntos no despierta ningún interés por el mensaje de Jesús, entonces
la causa debe de estar en mí más
que en vosotros. Es
más. Reconozco que yo no
soy solo, sino que formo parte de un grupo unido por la misma fe en Jesús,
que llamamos "Comunidad cristiana".
Juntamente con vosotros formamos el "Colectivo de Engrunes".
Yo os aseguro que esta fe es el motivo más fuerte que nos
mantiene unidos en el deseo de caminar con vosotros.
Si vosotros os sentís a gusto en nuestra comunidad, en tantos
aspectos distintos, pero justamente os quedáis indiferentes ante el que
para nosotros es más fundamental: nuestra fe en Jesucristo... No
podemos dejar de preguntarnos: ¿Por qué no interesa? ¿Por qué esta
fe de unos nos distancia de los otros? A
nivel personal, puede que en mi vida yo me haya olvidado de la primera página
del Evangelio. He hablado y
actuado guiado por las páginas que siguen a la primera, donde Jesús
explica cómo tendrían que ser los hombres, su proyecto de hombre nuevo
que lleva al gozo y a la libertad... Dice: Todos iguales.
Justicia ante todo. Vivamos
como hermanos. Compartamos. Oremos. Celebremos.
Perdonémonos... Todo esto y más se halla en las páginas del
Evangelio. Y todo ello ha
sido negado por la experiencia de la vida que tenéis.
Nunca os habéis "cargado" estos valores, pero no los
experimentáis como reales y posibles Nosotros
hemos descuidado la primera página. Y ¿cuál es? La
que dice que Jesús vivió 30 Jesús
vivió primero en su persona todas las continuas contradicciones que
nosotros Jesús
tuvo que aprender antes una dura lección: La solidaridad con la
debilidad humana
6.
ACEPTAR
MI Y VUESTRA
DEBILIDAD
Esta
es la primera página del Evangelio que muchas veces olvidé.
Caí en la trampa de pensar que Dios estaba ausente de las
debilidades humanas, y lo cierto es que Él las ha asumido en Jesús. He
de aprender a vivir con vosotros nuestra común condición humana, como
somos y no tanto cómo nos gustaría ser.
Si yo os escondo o disimulo mi miseria, me alejo del camino
compartido... Aparento que ando con vosotros, pero me siento unos pasos
por delante. Hemos de
encontrar la manera de sentir existencialmente que todos estamos hechos
de la misma pasta. Descubrir
por los hechos de cada día que mi debilidad y la vuestra son iguales.
Esta experiencia nos hermana más que todas las buenas
intenciones. Si
llegamos a comprender que los porqués de nuestros comportamientos son
idénticos, que los míos tienen la misma raíz que los vuestros, que yo
no soy de una pasta aparte, es posible que el mensaje de Jesucristo (que
es la Buena Noticia para mí), suponga también para vosotros un camino
de liberación. Me
educaron en una capacidad de control excesiva, en la habilidad de
esconder mis debilidades. Mi
madre me decía: "Lo que no hagas por virtud, hazlo por educación".
En el seminario: "Si no eres santo, al menos parécelo..." Yo
siento, amigos, que esto me separa de vosotros que no escondéis nada y
os manifestáis tal como sois. Lo
que yo soy es lo mismo que sois vosotros y somos todos.
Por aquí podemos iniciar el camino hacia el gozo y la libertad,
que nace de asumir nuestra condición humana como Jesucristo. ¿No
nos habrá pasado algo parecido en el grupo de creyentes de "Engrunes"?
¿No habremos puesto nuestro punto de partida más en el ideal que en la
realidad humana? ¿No será por esto que la comunidad no acaba de
cuajar? Usar
el ideal como instrumento de valoración tiene sus fallos, porque la
realidad misma se encarga de ponerse más abajo. Nuestro grupo, en consecuencia, se divide entre quienes
tienen más habilidad para resaltar las "virtudes" y quienes
presentan más las "deficiencias".
Colectivamente, hemos olvidado la primera página del Evangelio y
nos hemos ilusionado con las siguientes. Si
Jesús parte de asumir la debilidad humana, ¿por qué nosotros hacemos
el camino de otra manera? Comprendo
que he hecho una reflexión parcial, del aspecto concreto que más me
punza. He recargado el
acento en el aspecto de miseria y debilidad, que son la parte del hombre
que más olvido. Queda el
otro aspecto del bien, de las aspiraciones profundas, que también
Cristo asumió. En mí probablemente "luce la virtud" y escondo la
miseria. En vosotros
"luce" la miseria y se esconde todo lo bueno que poseéis. Este cruce de cables dificulta nuestra comunión.
Podría hacernos creer falsamente que yo represento el bien y
vosotros la miseria... La evaluación del itinerario que he seguido
desde que empecé en "Engrunes" me hace comprender cuán
equivocado sería este juicio, y qué lejos quedaría del Corazón de
Jesús. Ojalá
que la debilidad y miseria que llevamos dentro, y que tanto nos estorba,
se convierta en el punto de partida de un nuevo camino de vida y
esperanza. Que podamos
entender lo que Jesús dijo: "El Reino de Dios está cerca, está
en medio de vosotros".
7.
NOTA BIBLIOGRÁFICA
También pueden leer del mismo autor y en la misma línea:
Romà Fortuny – Bartomeu Bennàssar, Exclosos... Per què? “Engrunes” una experiència integradora. Claret. Barcelona, 1996. (catalán) Contenido: El relat d´una experiència.- Una reflexió per a l´experiència; Vivència essencial de donació humaníssima i samaritana, de misericòrdia profètica i entranyable, de taula incisiva, gratuïta i amistosa.
Romà Fortuny – Juan José Genovard, Els coixos caminen. “Engrunes” per una cultura de la no-exclusió. Claret. Barcelona, 1997 (catalán).- Los cojos andan. Claret (cast.). Contenido: Una reflexió.- Per una nova ètica?.- El treball.- Educació.- Espiritualitat.
Romà Fortuny, Els exclosos reclamen espiritualitat. Cristianisme i Justícia. Barcelona, 2000. http://www.fespinal.com/espinal/catala/1quadeid.htm (catalán)
http://www.fespinal.com/espinal/castellano/2quadeid.htm (castellano) Contenido: De qué pobres y de qué espiritualidad hablamos. |
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