EL CORAZÓN Y LA ESPADA

 

1. EL ICONO VIVO

San Juan Damasceno ofrecía hace siglos este fino consejo propedéutico: "Si un pagano viene y te dice: 'Muéstrame tu fe', llévalo a la iglesia, y presentándole la decoración del edificio, explícale la serie de cuadros sagrados"1.

A ti, buen amigo y amiga que me preguntas en qué consiste la Espiritualidad de los Sagrados Corazones, no puedo entrarte en ninguna de las capillas de mi parroquia.  La verdad es que el arte religioso es un lujo fuera del alcance de los pobres.  Las artes figurativas, por otra parte, "han producido poco o nada verdaderamente válido en el campo de la iconografía del 'Corazón traspasado de Cristo'.  En las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús la figura de Cristo resulta -casi siempre- acaramelado, sentimental, melancólica. Honestamente, tales representaciones dicen muy poco al hombre contemporáneo" (A.  Tessarolo).

San Agustín ya confesaba: "Ni siquiera conocemos la cara de la virgen María"2.  Hemos heredado una imaginería idealista, a veces racista y reaccionaria.  Estas fueron las normas, por ejemplo, que marcaron el arte de la Contrarreforma: "No hay que representar a la madre de Dios desvanecida al pie de la cruz, ya que esto va contra la historia y la autoridad de los padres... Que la imagen de la santísima Virgen se parezca en vivo a aquel divino Rostro... Y para que los pintores saquen del natural con más exactitud la imagen de la Virgen, propondré el ejemplo que nos ha dejado el mismo Nicéforo:... para color prefería el trigueño, cabellos rubios, ojos penetrantes con las pupilas claras y casi el color de oliva.  Las cejas curvadas y de buen color negro, la nariz algo larga, los labios redondeados y llenos de la suavidad de las palabras; el rostro ni redondo ni agudo, sino un tanto alargado, lo mismo que las manos y los dedos más bien largos... “3.

Así se ayudó a desdibujar la imagen de María.  "Parece como si, al acercarnos hoy a la figura de María, nos hallásemos ante un icono viejo, desgastado, descolorido, trabajado por la carcoma... del que en modo alguno queremos desprendernos; es para nosotros demasiado entrañable para romperlo por viejo, o dejar que se pierda, o arrumbarlo; acaso por añejo se revaloriza en nuestro corazón.  Pero el contemplarlo nos deja insatisfechos: el paso del tiempo lo ha modificado.  Sin duda lo tocaron manos cariñosas que le dieron amorosamente su color, pero para nuestro amor lo han desfigurado"4.

Sígueme, si quieres, por el laberinto de callejuelas y hoyos del barrio, por las lomas y barrancas de nuestras comunidades... Te presentaré una serie de hombres y mujeres, "igual que un crucifijo en carne viva, Corazón de Jesús en pura llaga"5.

Si les preguntamos, responderán que viven partidos, atravesados, arrancados, traspasados, crucificados.  "La cruz del pueblo.  El pueblo crucificado.  La cruz en el pueblo.  El pueblo en cruz”6.

Si nos inclinamos sobre su pecho, descubriremos la espada de la injusticia que los parte por medio.  Es la danza de la espada, pronta a matar, siempre lista para herir.

Si participamos de sus reuniones y leemos con ellos las páginas manchadas de su biblia, oiremos que proclaman:

"Ustedes, los que pasan por el camino, miren, f íjense:  

¿Hay dolor como mi dolor? ¡Cómo me han maltratado!".

(Lamentaciones 1,12).

"No había ley.  Y los profetas ya no recibían visiones del Señor.  

Los ancianos se sientan en el suelo silenciosos.  

Las muchachas humillan hasta el suelo la cabeza

 

Muchachos y niños de pecho

desfallecen por las calles de la ciudad.

Preguntaban a sus madres: ¿dónde hay algo que comer y beber?,

mientras desfallecían, como los heridos, por las calles,

mientras expiraban en brazos de sus madres.  

¿Quién se les iguala, quién se les asemeja, pueblos del Tercer Mundo?

¿A quién te compararé para consolarte, patria desdichada?

Inmensa como el mar es tu desgracia: ¿quién podrá curarte?

Los que pertenecen al Club de los Ricos

se frotan las manos al verte, silban y menean la cabeza.

Vuelven la mirada.  

Se tienden en el suelo muchachos y ancianos,

mis jóvenes y mis doncellas cayeron al filo de espada".

(Lamentación 2).

Si escuchamos al cantor popular, descubriremos que "lleva sobre sus espaldas las lágrimas de su pueblo" (Pablo Neruda):

"Te cantara noche y día  

antes de ir al panteón,  

pero soy un pobre peón,  

tengo que ir a trabajar

y aquí te vine a cantar  

por cumplir la obligación”7.  

"Madre mía, tus lamentos

me tienen adolorido, 

de verte padecer tanto

tengo el corazón herido"8.

"¡Oh Corazón de María, 

de América corazón, 

a tu Hijo crucifican 

de nuevo en esta región! 

Te vemos comprometida 

con nuestra liberación"9.

Este es el recorrido que te invito a hacer, a ti, buen amigo y amiga que te interesas por la Espiritualidad de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.  Con motivo del Centenario de nuestra Congregación de misioneros, me animo a compartir contigo algo de lo mucho que he recogido y reflexionado en estos años.  Reconozco que no es completo; supone la lectura de los otros estudios de mis compañeros.  Le he tenido que arrebatar horas a las tareas pastorales y formativas.  Escribir con una biblioteca pobre, entre apagones y alboroto.  Así vivo yo la espiritualidad de los Traspasados, aquí y ahora.  Soy un testigo del sufrimiento de este pueblo.

"Todos somos testigos, 

entre dados y lanzas,  

mientras la madre llora sobre el hijo caído"10.  

Recíbelo de un hombre que se ha sentido urgido a dar razón de su esperanza (1Pe. 3,15).

 

2.    EN UN MUNDO SIN CORAZÓN

Muchos piensan que hablar hoy de los Sagrados Corazones es un lenguaje decimonónico ya desfasado.  Y tienen sus razones desde una cultura secularizada.  Otros, con igual derecho, reflexionan si ésta no es una de las tragedias del siglo XX: "El deterioro y la quiebra de los símbolos centrales culturales en la moderna cultura occidental.... el centro roto... El hombre que es típico de la civilización occidental del siglo XX se ha aislado a sí mismo en un desierto urbano o yermo metropolitano tan desprovisto de comunión humana como podría estarlo en una isla desierta... Ha perdido su centro;- está sometido al funcionalismo; es el robot, el hombre máquina con cerebro electrónico.. Los valores básicos que él tuvo por sentados caen ante el aserto económico moderno de que la seguridad es la 'única cosa necesaria'.  Y en el forcejeo por ella, encuentra que ha perdido su corazón.  Ha perdido la facultad de un amor profundo y duradero" (Arita Dopkins)11.

"No vivimos a partir del centro de nuestra persona, sino extrapolados y enajenados.  Por este motivo no nos hallamos nosotros mismos como en lo nuestro, sino en fuga del corazón" (J.  Becker)12.

En un mundo superficial y deshumanizado como el nuestro, "debemos enunciar las verdades que proceden del centro"13, volver a hablar del "corazón" en sentido auténtico.

Por esto se vuelve a la fórmula unitaria de la antropología bíblica: El corazón es el hombre y el hombre es corazón.  "El corazón del hombre designa toda su personalidad consciente, inteligente y libre" (J.  De Fraine).

Juan Pablo II usa este lenguaje del corazón: "El misterio interior del hombre -en lenguaje bíblico y no bíblico también- se expresa con la palabra 'corazón'.  Cristo, Redentor del mundo, es Aquel que ha penetrado, de modo único e irrepetible, en el misterio del hombre y ha entrado en su corazón" (RH, 8)14.

"Corazón es una palabra fontal, generadora.  Palabra que remite al centro, al núcleo, a la intimidad y que, por tanto, significa la totalidad... Hablar del corazón es hablar de la persona, más exactamente del misterio de la persona, al cual no se tiene acceso por el deseo o la lógica, sino por la revelación.  Al hablar del Corazón de Jesús se evoca a Jesús de Nazaret, al Cristo de Dios, en lo que tiene de más íntimo.  Se habla del centro de su persona, que está lleno del misterio de Dios, a través del cual Dios mismo se abre, se entrega, se da... El amor de este corazón, de esta persona, es la gran novedad de la Nueva Alianza... El amor del Corazón de Jesús es la clave interpretativa del universo y de la historia de salvación"15.

El P. Arrupe defiende que, todavía hoy, "no es posible encontrar en las páginas del Nuevo Testamento una palabra que más rápida y certeramente, con más profundidad y más calor humano, se aproxime a una definición de Cristo que su "corazón"... Los signos exteriores, sus parábolas y discursos, la vida toda de Cristo tal cual se nos propone en los evangelios no son plenamente comprensibles ni comprendidos en todo su profundo significado más que si son leídos desde su corazón..."16.

La espiritualidad de los Corazones puede ser todavía hoy "el camino real, que reúne la multiplicidad en la unidad"17.

La imagen del Corazón de Cristo expresa para el hombre moderno, amenazado continuamente por el sin sentido de la desesperación, el vacío, el dolor y la muerte, un último refugio... El único lugar donde el hombre no se desespera, porque no se trata de una conquista a brazo partido, sino de un don recibido gratuitamente.

Hay que tener, sin embargo, mucho cuidado en no caer en un espiritualismo alienante.  Porque nuestro mundo no es solamente un mundo que ha perdido el corazón (la intimidad personal) como centro, sino que traspasa, además, el corazón de millones de hombres y mujeres, como si no tuvieran corazón18.

Se impone ya que ubiquemos nuestro recorrido en el Tercer Mundo en que vivimos.

 

3.   AMERICA LATINA, CULTURA DEL CORAZÓN TRASPASADO

Se cumplen 500 años del choque violento entre la cultura occidental del "cerebro y la espada" y la cultura amerindia del "corazón y el sentimiento".

Los indígenas de La Española eran "gentes mansas e pacíficas e sin armas"... Los españoles mataban a mansalva, "no para más de para probar sus espadas".  Los indios eran "desollados y chupados" para "andar ellos vestidos de seda hasta los zapatos, y no solamente ellos, pero sus mulas, la cual seda pensamos que si fuese bien espremida, sangre de indios manaría, porque todos los gastos y escesos muy supérfluos que acá se hacen, todos les salen a estos miserables indios de la entraña"19.

"Todas sus guerras son poco más que acá juegos de cañas e aún de niños", mientras que los cristianos "con sus cavallos y espadas e lanças" "hacían apuestas sobre quien de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortava la cabeça de un piquete, o le descubría las entrañas" (B. de Las Casa5)20.

Los aztecas de México tenían una cultura de "flor y canto", de "jade y plumas".  La poesía, el arte y el símbolo eran un don de dioses, camino para llegar a la divinidad, únicas palabras verdaderas que el hombre puede pronunciar en la tierra”21.  "No curaban mucho de vivir ricos, sino contentos y a placer" (L. de Gómara)22.

Su mayor gloria era morir de parto, en la guerra o sacrificados a los dioses:

"Nada hay como muerte en guerra, 

nada cual muerte florida:

la amó el autor de la vida

y quiere verla mi corazón.

Piedra de jade fina

joyel maravilloso,

lo precioso entre lo más precioso

es tu corazón, oh dador de la vida, 

¿cuánto pudiera decir a tu lado?"23.  

Se creían un pueblo elegido para alejar el apocalipsis con la ofrenda de corazones vivos.  Los conquistadores, en cambio, mostraban repugnancia por la sangre fresca en los banquetes y sacrificios y la derramaban incontroladamente en el campo de batalla.  Adoraban el oro, que es "basura y excremento de los dioses", y partían más corazones que nadie por conseguirlo.

El choque de los dos mundos hizo saltar sangre abundante. Casaldáliga ha completado así los versos triunfalistas de José María Pemán:

"Llevaban la espiga"  (y también la espada).  

"Llevaban la rosa" (con muchas espinas).  

"Y los mandamientos" (todos conculcados).  

"Y el avemaría"  (llena de desgracias para la Amerindia!)24.

Los mayas decían que, con la llegada de los conquistadores, el tiempo enloqueció)", perdió su ritmo natural.  "Porque los 'muy cristianos' llegaron aquí con el verdadero Dios; pero ese fue el principio de la miseria nuestra, el principio del tributo, el principio de la 'limosna', la causa de que saliera la discordia oculta, el principio de las peleas con armas de fuego, el principio de los atropellos, el principio de los despojos de todo, el principio de la esclavitud por las deudas, el principio de las deudas pegadas a la espaldas, el principio de la continua reyerta, el principio del padecimiento... Pero llegará el día en que lleguen hasta Dios las lágrimas de sus ojos y baje la justicia de Dios de un golpe sobre el mundo" (Chilam Balam de Chumayel)25.

Puebla afirma que toda la cultura latinoamericana "está sellada particularmente por el corazón y su intuición.  Se expresa, no tanto en las categorías y organización mental características de las ciencias, cuanto en la plasmación artística, en la piedad hecha vida y en los espacios de convivencia solidaria" (nn. 17 y 413-414).

Desde el principio, por desgracia, fuimos un pueblo abierto y penetrado.

"Abrieron nuestros 'costales'  

lanza española, haitiana, 

lanza norteamericana,  

lanzas multinacionales.  

Antes, fuerzas imperiales  

contra Cristo se juntaron, 

su corazón traspasaron  

por creerlo subversivo.  

¿Qué cosa se saca, amigos,  

de estas fuerzas que pecaron?"26.  

La gente sigue corriendo con las entrañas al descubierto27. No sorprende, por tanto, que se identifique fácilmente con la Espiritualidad de los Traspasados:

"Corazón de Cristo, corazón del Pueblo, 

los dos traspasados y los dos abiertos".  

"Nos tienen en una cruz  

clavados de pies y manos, 

muriéndonos lentamente  

sin poder mobilizarnos.  

Tú que eres madre y que tienes  

el corazón traspasado,  

dale consuelo a tus hijos  

que están gimiendo y llorando"28.  

Es un culto al Jesús "vencido y derrotado", que ha fomentado el fatalismo.  "En nuestro contexto latino-americano, la visión reparadora colorista no ha servido nunca la causa de algún movimiento liberador.  Antes al contrario, ha ayudado a mantener una situación de estancamiento y acomodación social" (J.  Batista Libanio)29.

“Este Jesús abatido no es más que la representación del indio vencido, de ese pobre de todos los pueblos en los que, desde Cortés, nada ha cambiado; es el miserable de los inmensos barrios bajos de todas las grandes ciudades... Todos encuentran una razón para resignarse a su suerte, y para aceptar su destino de pueblo vencido y abatido... La producción y la difusión de tales representaciones e imágenes corresponde al interés mismo del poder... Y si, al lado del hombre abatido, la Virgen de los dolores ofrece a las miradas de la muchedumbre su pecho traspasado, es porque personifica a todas esas mujeres prematuramente envejecidas por las lágrimas que deben verter por sus maridos y sus hijos, y por ellas mismas también, ya que las luchas por la liberación cuestan caras, muy caras"30.

Este es el problema de la religión popular.  Una fe sincera, sufrida, traspasada, que necesita entrar en un proceso de liberación, capaz de engendrar la esperanza de cambio personal y social.

Como pregunta ingenuamente la poetisa colombiana Carmiña Navia a la Virgen de Guadalupe:

"¿Qué vas a hacer, amiga de Juan Diego?  

¿Vas a ayudarnos a salir del infierno que han creado  

en América Latina  

los dioses del poder y del dinero?"  

O el cubano Nicolás Guillén en una oración más secularizada a la Virgen del Cobre:

"Virgen de la Caridad,  

que desde un peñón de cobre  

esperanza das al pobre  

y al rico seguridad.  

En tu criolla bondad,  

¡oh madre!, siempre creí,  

por eso pido de ti  

que si esa bondad me alcanza

des al rico la esperanza,

la seguridad a mí”31.  

 

NOTAS BIBLIOGRAFICAS

1.   San Juan Damasceno, De fíde orthodoxa 11I, 12.  
2.   De Trínitate 1, PL 42, 952.  

3.   F. Borromeo, De Pictura Sacra citado en p. 235 del estudio que recomiendo de P. Amato, "Arte/Iconología", en Nuevo Diccionario de Mariología (NDM) dirigido por Stefano de Fiores y Salvatore Meo.  Paulinas.  Madrid 1988, pp. 221-239.  Diccionario de gran utilidad para la mariología actual.  

4.   M. Rubio, Un rostro nuevo de mujer.  La figura cristiana de María en la hora de los feminismos, (RNM).  Perpetuo Socorro.  Madrid 1989, p. 81.  

5.   Lo dice P. Casaldáliga de Gaspar García Laviana, M.S.C., muerto como "Comandante Martín" del FSLN el 11-12-1978. Cf. El vuelo del Quetzal (VQ).  Maíz nuestro.  Panamá 1988, p. 148.  Este obispo, catalán y brasileño, es el poeta que más cito, con el que me siento más identificado. Recomiendo dos estudios recientes sobre él: V. Codina, "La teología poética de Pedro Casaldáliga" (I) en Rev Lat Teol 12(1987) 265-284 y (II) 13(1988) 45-65; J.L. Serra, "Dios, el pueblo y un obispo poeta: Pedro Casaldáliga", CHRISTUS 621(1988) 41-51

6.   Casaldáliga, VQ p. 43.

7.   M. Jordá, La Bíblia del Pueblo.  Inst Nac Past Rur.  Stgo.  Chile, p. 215.  

8.   id. i.c., p. 236.  
9.   De una comunidad hondureña a la Virgen de Suyapa.  

10.   Casaldáliga, El tiempo y la espera (TE).  Sal Terrae.  Santander 1986, pp. 62-63.  

11.   Arita Dopkins, "Base escripturística para la teología del Sagrado Corazón" en lnst lnt CJ, Cor Christi (CC).  Bogotá 1980, pp. 230-231.- Cf. también A. Díez-Macho, "El corazón en la Biblia: símbolo de la persona", en E.J. Cuskelly, Con un corazón humano (CH).  Amigo del Hogar.  S. Domingo, pp. 33-54.  

12.   J. Becker, "El corazón en el lenguaje de la Biblia", en Cristología y devoción al Corazón de Cristo (CDCC).  IICJ.  Bogotá 1982, pp. 22-32.  

13.   E. Glotin, "La mística del Corazón de Jesús en la coyuntura eclesial", CC, pp. 763770 citando a H. Urs von Balthasar.  "Se trata de toda verdad, en cuanto procede del centro".  

14.   Redemptor Hominis (RH), 8.  

15.   María Cl.  Bingemer, "O amor que desce do alto.  A misericordia do Coraçâo de Jesus e a opçâo pelos pobres" en Um coraçâo novo para um mundo novo (CNMN). Conf. I Cong.  Nac.  Esp.  CJ.  Ed.  Loyola, Sâo Paolo, Brasil 1989, p. 56.  Cf. también K. Rahner, "Le coeur comme centre le plus intime", Christus 35(1988) 300-301.  

16.   “... No es un arcaísmo pietista referirnos a Cristo en su corazón para sintetizar en una palabra todo el conjunto de valores que atisbamos en su persona.  No hay ninguna otra expresión que mejor sugiera 'la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, que supera todo conocimiento' (Ef 3,18).  Ni el Logos de Juan, ni Sabiduría, ni Hijo del Hombre, ni Mesías.  Ni siquiera las definiciones que en sentido metafórico Jesús se aplica a sí mismo: camino, verdad, vida, luz, buen pastor, vid, pan, etc.  El mismo Jesús, cuando lejos de toda metáfora ha querido describirse en sus más profundos sentimientos, ha apelado al lenguaje más comprensible: 'aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón' (Mt 1 1,29)" (P.  Arrupe, "El corazón de Cristo centro del misterio cristiano y clave del universo" reproducido en CH, PP. 73-94).  

17.   Enfoque de la escuela normanda de espiritualidad, la de San Juan Eudes y de Jean Aumont del siglo XVIII francés, citado por E. Glotin, CC, p. 765, nota 6.

18.   Cf. J. Batista Libanio, "O amor misericordioso do coraçâo de Cristo e a libertaçâo integral do homem", en CNMN, espec. 91-93.  Es curioso anotar que el Antiguo Imperio Egipcio ya decía de los pobres que "no tienen corazón", o Europa de los indígenas "descubiertos" que "no tenían alma". O sea, que no eran considerados personas.  Cf.  A. Néher, Moisés y la vocación judía.  Aguilar.  Madrid.  

19.   "Carta que escribieron varios Padres de las órdenes de Santo Domingo y San Francisco, residentes en la Isla Española, a Mr. de Xévres", en P. de Córdoba, Doctrina Cristiana y Cartas.  Bibl de Clásicos Dominicanos, III. Santo Domingo 1988, pp. 168 y 179.  

20.   Bartolomé de Las Casas, Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias. Fontamara.  Barcelona 1979, p. 38.  

21.    M. León-Portilla, Cantos y Crónicas del México antiguo.  Historia 16. Madrid 1986, p. 119. – “Cierto que en muchas situaciones la pólvora resultó decisiva frente a la lanza, el bergantín frente a la canoa, la cavallería frente a la infantería, el metal, en definitiva, frente a la piedra -y en este sentido es legítimo hablar de un enfrentamiento no entre dos culturas, sino entre dos edades de la humanidad-.  Pero lo que vence y desorienta definitivamente a los imperios del Sol es ante todo la "guerra total" de Cortés frente a la "lucha ritual" y pactada (guerra florida) con la que teotihuacanos y tlaxcaltecas se ejercitaban y surtían periódicamente de prisioneros Vence así la masacre táctica frente al sacrificio litúrgico, la visión lineal frente a la interpretación cíclica de la historia, el 'sistema' europeo frente al 'orden' sideral americano, la Voluntad frente al Destino.  Una sociedad perfectamente integrada y teocrática sucumbe ante una cultura más individualista y secularizada puesta al servicio de un Dios celoso y excluyente cuya 'psicología' los aztecas no alcanzaban a comprender.  Un conflicto dramático, a la vez geol6gico y gnoseológico, dónde los españoles representan la experiencia abierta (adaptativa) y la razón orientada (instrumental), frente a la experiencia cerrada (tradicional) y la razón abierta (c6smica) encarnada por los aztecas", X.  Rubert de Vent6s, El laberinto de la hispanidad.  Planeta.  Barcelona 1987, p. 20.  

22.   Historia General de las Indias.  Rivadeneyra.  Madrid 1852, p. 310.

23.   R. Godoy - A. Olmo, Textos de cronistas de Indias y Poemas Pre-colombinos.  Ed.  Nacional. Madrid 1979, pp. 90-92.  

24.   TE, p. 117.

25.   Publicado en Historia 16.  Madrid 1986, p. 68.  
26.   Decimero popular higüeyano, S. Domingo.  

27.   Como describen los indígenas la matanza del Templo mayor de México: "Pues así las cosas, mientras se está gozando de la fiesta..., en ese preciso momento los españoles toman la determinación de matar a la gente... A aquéllos hieren en los muslos, a éstos en las pantorrillas, a los de más allá en pleno abdomen.  Todas las entrañas cayeron por tierra.  Y había algunos que aún en vano corrían: iban arrastrando los intestinos y parecían enredarse los pies en ellos... La sangre de los guerreros cual si fuera agua corría: como agua que se ha encharcado, y el hedor de la sangre se alzaba al aire, y de las entrañas que parecían arrastrarse" (M.  León-Portilla, Crónicas indígenas.  Visión de los vencidos.  Historia 16.  Madrid 1895, pp. 107-109.  

28.   Canto de las comunidades de Fátima, Santiago, R. Dominicana.  

29.   Art. cit. p. 91. - Así describe un poeta popular al Cristo Muerto:  

"Viendo a Jesucristo muerto  

Al pie de la cruz se sentó.  

Cinco mil y cinco llagas  

En su cuerpo encontró.  

La Virgen de él le quitó  

Cinco mil gramos de sangre,  

Cual cortina lo envolvió.  

Las manos tenía hendidas,  

Los huesos descoyuntados,  

Descalzos contra el madero  

Sus dos finos pies clavados;  

El pecho rasgado a lanza  

Y los dos ojos cerrados".

("Las siete espadas de los dolores de la Santa Virgen María", cit. en J. Miguez Bonino, Jesús.  Ni vencido ni monarca celestial (JNVNMC).  Tierra Nueva.  Buenos Aires, pp. 68-69).  

30.   G. Casalis, JNVNMC, p. 120.- Cf. en el mismo libro el art. de S. Trinidad, "Cristología-Conquista-Colonización", pp. 89-110.- "Esta prontitud de nuestra gente para identificarse con el Cristo Crucificado ¿es expresión de una conciencia del sufrimiento inexorable? ¿Es señal de pasividad y resignación, de conformismo con la situación dolorosa en que vive? ¿O es más bien expresión de un pueblo que va tomando la conciencia del dolor, de la opresión y del desprecio que sufre? Marcado de heridas y cicatrices, de dolor y lucha, nuestra gente se acerca al Cristo Crucificado como a un aliado del pueblo, como a un compañero, a un sufriente igual a ellos" (Frans Damen, "Hacer teología de la cruz en América Latina", CHRISTUS 583-584(1985) 4-5.- "La cruz ha sido tradicionalmente la fiesta del pueblo" (J.  Sobrino).  Caben al menos dos interpretaciones de esté hecho: a) El pueblo se reflejaría a sí mismo en el destino de Cristo; b) La intuición de que ésta es la verdad central del cristianismo.  Cf. V. Girardi, "La teología de la cruz en A.L.", l .c., pp. 39-43.

31.   N. Guillén, Obra poética 1958-1972.  La Habana. lnst Cult Lib, 1973. t. 11, p. 180.